Carlos de Habsburgo. Nació el 06 de noviembre de 1665 en Madrid, España. Último Rey de España de la Dinastía de los Habsburgo. Único hijo sobreviviente de su predecesor, el Rey Felipe IV de España y de Mariana de Austria. Su nacimiento fue recibido con gran alegría por los españoles, que temían por un trono sin heredero. El árbol genealógico de Carlos II muestra una gran cantidad de uniones matrimoniales consanguíneas. La endogamia era tal que siete de sus ocho bisabuelos eran descendientes de Juana de Aragón y del Duque Felipe de Austria. Esto generó descendientes con serios problemas de salud, a tal punto que los Habsburgo era más propenso a tener hijos nacido muertos, que los campesinos españoles. También fueron propensos a padecer problemas mentales. El genoma de Carlos II fue en realidad más homocigótico que el de un niño, cuyos padres fueran hermanos. Carlos nació con discapacidades físicas y mentales, y desfigurado. El desplazamiento de su mandíbula la impedía masticar con normalidad. Su lengua era tan grande que apenas podía entenderse cuando hablaba, y babeaba con frecuencia. En consecuencia, Carlos II fue conocido en la historia española como El Hechizado, a partir de la creencia popular de que sus problemas se debían a la brujería. Carlos tenía cuatro años cuando su padre murió, momento en el cual su madre se convirtió en la Regente, posición que mantuvo durante gran parte de su reinado. A pesar de ser desterrado por su medio hermano, el Rey ilegítimo Juan de Austria, regresó a la corte luego de la muerte de éste en 1679. La Reina madre dirigió al país por medio de una serie de favoritos. Este sistema de gobierno fue perjudicial para los asuntos del Reino debido al tamaño del mismo. No aprendió a hablar hasta los cuatro años, ni a caminar hasta las ocho, por lo tanto fue tratado como un bebé prácticamente hasta los diez años de edad. Temiendo que el frágil niño se sobrecarga sus cuidadores no lo obligaban a asistir a la escuela. La indolencia del joven Carlos era tal que muchas veces ni siquiera se bañaba. La única actividad que realizaba era la cacería, y muchas veces asistía al coto de caza de El Escorial. El año en el que Carlos II se sentó en el trono fue difícil para España. La economía estaba estancada, el pueblo tenía hambre, y el poder de la monarquía en las diferentes provincias españolas era extremadamente débil. Durante su reinado, el declive del poder español se aceleró. Aunque el Tratado de Paz de Lisboa, con Portugal en 1668 cedió el enclave del norte de África, Ceuta, a España, fue poco consuelo por la pérdida de Portugal y las colonias portuguesas durante el reinado de Felipe IV. Carlos presidió el mayor auto de fe en la historia de la Inquisición española en 1680, en la que participaron 120 presos, de los cuales 21 fueron quemados en la hoguera. Hacia el final de su vida, en uno de sus pocos actos independientes como Rey, Carlos creó una Junta Magna para examinar e investigar la Inquisición española. En 1679, a los 18 años de edad, Carlos II se casó con María Luisa de Orleáns, hija mayor de Felipe I, Duque de Orléans (hermano del Rey Luis XIV de Francia) y de la Princesa Enriqueta de Inglaterra. Probablemente Carlos era impotente, por lo que la pareja no tuvo hijos. María Luisa cayó en una profunda depresión, muriendo a los 26 años de edad, diez años después de su matrimonio, y dejando a su esposo con el corazón roto. Sin embargo, a causa de la necesidad desesperada por obtener un heredero varón, al año siguiente el Rey se casó con la Princesa María Ana de Neoburgo, hija de Felipe Guillermo, Elector del Palatinado, y de Isabel Amalia de Hesse-Darmstadt. Este matrimonio tampoco tuvo éxito en engendrar un heredero. Hacia el final de su vida, Carlos se convirtió cada vez más en una persona hipersensible y extraña, hasta el punto de exigir que los cuerpos de sus familiares fueran exhumados para poder ver los cadáveres. Se retiró oficialmente del poder tras una crisis nerviosa causada por la gran presión ejercida sobre él para tratar de sacar a España de los problemas económicos que estaba pasando. Desde entonces vivió una vida sencilla. Murió el 01 de noviembre de 1700 en Madrid, España, a los 38 años de edad. Con su muerte la línea de los Habsburgo españoles se extinguió. Carlos había nombrado como sucesor a un sobrino-nieto, Felipe, Duque de Anjou, nieto de la Reina consorte de Francia, María Teresa de España, casada con el Rey Luis XIV. Como sucesor alternativo había nombrado a su primo Carlos, perteneciente a la rama austríaca de los Habsburgo. El riesgo de que el imperio multi-continental de España pasara al control efectivo de Luis XIV, provocó una gran coalición de poderes para oponerse al Duque de Anjou como sucesor. Casi inmediatamente la guerra de sucesión española estalló. Luego de once años de una sangrienta guerra, el Duque de Anjou, fue reconocido como el Rey Felipe V de España, a condición de que los tronos de España y Francia nunca se unieran. La Casa de Borbón, fundada por Felipe V, de forma intermitente ha ocupado el trono español desde entonces, y hasta la actualidad, en la persona de Don Juan Carlos I de Borbón.
viernes, 14 de octubre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario