viernes, 21 de octubre de 2011

FERNANDO VI DE ESPAÑA.

Fernando de Borbón. Nació el 23 de septiembre de 1713 en el Alcázar de Madrid, España. Hijo del Rey Felipe V de España y de María Luisa de Saboya. Fernando era de temperamento melancólico, tímido y desconfiado de sus propias habilidades. La caza y la música eran sus únicos placeres, siendo un generoso mecenas del famoso cantante Farinelli, cuya voz calmaba su melancolía. Fernando se casó en 1729 en Badajoz con Bárbara de Braganza, Infanta de Portugal, hija del Rey Juan V de Portugal y de Ana María de Austria. Generó un gran apego y amor por su esposa, convirtiéndose en dependiente de ella para asesoramiento y apoyo. Al momento de su llegada al trono, el 09 de julio de 1746, España se encontraba en la Guerra de Sucesión de Austria, que terminó sin ningún beneficio para España. Comenzó su reinado eliminando la influencia de la viuda de su padre, la Reina Isabel de Parma y su grupo de cortesanos italianos. Como Rey, siguió una política constante de neutralidad en el conflicto entre Francia y Gran Bretaña, y se negó a dejarse tentar por las ofertas de ambos para declarar la guerra. Las tareas más importantes durante el reinado de Fernando VI fueron llevadas a cabo por el Marqués de la Ensenada, el Secretario de Hacienda, Marina e Indias. Sugirió la modernización del país, lo cual era necesario para mantener una posición de fuerza exterior para que Francia y Gran Bretaña consideran a España como un aliado sin suponer la renuncia de España a su pretensión de Gibraltar. Durante la Guerra de Sucesión de Austria y la Guerra de los Siete Años, España reforzó su poderío militar. El conflicto principal fue su enfrentamiento con Portugal por la colonia de Sacramento. En 1750 España y Portugal llegaron a un acuerdo, accediendo este último a renunciar a la colonia y su pretensión de libre navegación por el Río de la Plata. A cambio, España cedió a Portugal dos regiones en la frontera con Brasil, uno en el Amazonas y el otro al sur. Durante el reinado de su marido, Bárbara presidió reuniones y conciertos magníficos en el Palacio Real de Aranjuez, su refugio favorito. La Reina murió en el Palacio Real de Aranjuez, en las afueras de Madrid, el 27 de agosto de 1758. La muerte de su esposa, quien se había dedicado a su esposo, y que cuidadosamente se abstuvo de intrigas políticas, le rompió el corazón. Entre la fecha de su muerte en agosto de 1758 y la suya propia el 10 de agosto de 1759, cayó en un estado de postración en el que ni siquiera se vestía, afeitaba, y a veces ni lavaba. Murió en Madrid, España, a los 54 años de edad.

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