domingo, 27 de julio de 2008

GRIGORI ALEXANDROVICH POTEMKIN.


Grigori Alexandrovich Potemkin. Nació el 24 de septiembre de 1739 en Chizheva, Rusia. Hijo de Alejandro Potemkin, un oficial menor del ejército ruso y de Daria Skuratowa. Luego de estudiar en la Universidad de Moscú, se alistó en la Guardia Imperial. Participó en el complot de 1762 que expulsó al Emperador Pedro III y entronizó a su esposa, Catalina II. Catalina necesitaba ayudantes confiables y quedó maravillada con la energía, la capacidad organizativa y belleza del joven Potemkin. Fue promovido a Subteniente de las Guardias. En su carrera militar, Grigori conquistó para Rusia las estepas salvajes de Ucrania tras el Tratado de Kuchuk-Kainarji (1774). Luego de dicha victoria, la relación entre Potemkin y la Emperatriz se hizo más íntima, convirtiéndose en el favorito de Catalina. Junto con su nueva posición, recibió muchos regalos de valores incalculables. Durante los próximos 17 años, fue el hombre más poderoso de Rusia. Disfrutaba del lujo y de su poder económico, sin embargo se mostró tolerante con el resto de las creencias religiosas y protegió las minorías raciales. Como comandante en jefe del ejército ruso impuso un modo más humano en la disciplina empleada a los soldados, les mejoró el uniforme y eliminó todos los accesorios que sólo provocaba incomodidad a la hora de actuar en batalla. En 1776, por petición de la Emperatriz de Rusia, el Emperador José II convirtió a Grigori Potemkin en Príncipe del Sacro Imperio Romano-Germánico. Un año antes, había sido reemplazado en la cama de la Emperatriz por otro joven, pero su relación con Catalina siguió por buen camino y su influencia sobre ella se mantuvo intacta por los próximos diez años. Los documentos estatales más importantes pasaron por sus manos. Potemkin fue el amo absoluto de las tierras del sur de Rusia, ganadas por su ejército. Fundó varias ciudades tales como Kherson, Nikolaev, Sevastopol y Dnepropetrovsk y, creó la Flota militar y mercante en el Mar Negro. En 1783 anexó Crimea al Imperio ruso, tras lo cual la Emperatriz lo convirtió en Príncipe de Tauride. Cuatro años más tarde organizó los fastuosos viajes de Catalina II por las provincias del sur. En 1791 regresó a San Petersburgo donde trató de derrocar al nuevo favorito, el Príncipe Platon Zubov. El plan no resultó y la Emperatriz, enterada de las intrigas palaciegas, lo obligó a regresar al sur. El 05 de octubre de 1791, durante su viaje de regreso, cerca de Nikolayev, el Príncipe Grigori Potekim murió como consecuencia de una fiebre alta. Fue el único favorito de la Emperatriz Catalina II de Rusia que recibió un trato de igualdad frente a ella.

viernes, 25 de julio de 2008

EMPERATRIZ MARIA FEODOROVNA DE RUSIA.


Sofía de Württenberg. Nació el 25 de octubre de 1759 en Stettin, Polonia. Hija del Duque Federico II de Württenberg y de la Princesa Federica de Brandenburg-Schwedt. La educación de la Princesa fue excelente y orientada a la cultura y las artes. Hablaba alemán, francés, italiano y latín. Era una joven alta, corpulenta y atractiva. En 1773, Sofía estaba dentro del grupo de Princesas alemanas que podían convertirse en la esposa del Heredero al trono de Rusia, el Gran Príncipe Pablo Petrovich. Pero como contaba con sólo catorce años, la Princesa Guillermina de Hesse-Darmstadt fue la elegida. Sin embargo, Pablo enviudó rápidamente y el Rey Federico II de Prusia propuso a Sofía como sucesora. La Emperatriz de Rusia, Catalina II aceptó la oferta. Sofía se convirtió a la religión ortodoxa rusa, tomó el título de Gran Princesa de Rusia y el nombre de María Feodorovna. La pareja se casó el 26 de septiembre de 1776 en San Petersburgo, Rusia. De dicho matrimonio nacieron 10 hijos: Alejandro, Constantino, Alejandra, Elena, María, Catalina, Olga, Ana, Nicolás y Miguel. Si bien la relación entre María y su suegra al principio fue buena, pronto se volvería tirante, porque María defendía a su esposo de su madre. Apenas nació el primer niño, Catalina se lo quitó para criarlo bajo sus ideales. Lo mismo sucedió con su segundo hijo. Esto afectó mucho a María, a la que sólo le permitían ver a sus hijos durante breves visitas. La Gran Princesa disfrutaba de la pompa y la ceremonia de la corte rusa. Su paciencia y perseverancia la ayudó a lidiar con un marido difícil y mantener un exitoso matrimonio. Cultivó las artes, era experta en acuarelas y esculturas, creando objetos de marfil y ámbar, que a menudo regalaba. Dedicó muchas energías a instituciones benéficas y educativas. El tercer embarazo dio como resultado una niña, la cual tuvo el permiso imperial para criar. Durante los largos años del reinado de Catalina, María y Pablo fueron obligados a vivir aislados en Gatchina con ingresos limitados. Tras 20 años en las sombras, la muerte de Catalina II en 1796, permitió a María Feodorovna convertirse en Emperatriz consorte. Desde entonces influyó activamente en la política y en las decisiones de su marido, en general para beneficio de su pueblo. Los palacios de Gatchina, Tsarskoe Selo, el Palacio de Invierno en San Petersburgo y el Ermitage fueron decorados y amueblados bajo su dirección personal. Pablo fue Emperador durante cuatro años, hasta que fue asesinado el 12 de marzo de 1801. Con sólo 42 años, María ya era una Emperatriz viuda, aunque mantuvo la posición más elevada dentro de las mujeres de la corte. Dirigió todas las instituciones benéficas y disfrutó de considerables ingresos. El futuro de sus hijas y la educación de sus tres hijos menores ocuparon la atención de María durante los primeros años de su viudez. La Emperatriz María Feodorovna de Rusia murió en Pavlovsk el 05 de noviembre de 1828, a la edad de sesenta y nueve años.

domingo, 13 de julio de 2008

EMPERATRIZ ISABEL ALEXEEVNA DE RUSIA.


Luisa de Badén. Nació el 24 de enero de 1779 en Karlsruhe, Alemania. Hija del Príncipe Heredero Carlos de Badén, de la Casa de Zähringen, y de la Princesa Amelia de Hesse-Darmstadt. La Princesa creció en un ambiente familiar cálido y era muy apegada a su madre. Luisa tenía sólo doce años cuando su destino fue marcado, ya que la Emperatriz Catalina II de Rusia la eligió como novia para su nieto mayor, el futuro Emperador Alejandro I Pavlovich. La Princesa de Badén aprendió la lengua rusa, se convirtió a la fe de la Iglesia Ortodoxa, tomó el título de Gran Princesa de Rusia y cambió su nombre a Isabel Alexeevna. La pareja se casó el 28 de septiembre de 1793 en San Petersburgo, Rusia. De dicho matrimonio nacieron dos hijas que murieron en la infancia: María e Isabel, de las cuales se dudaba que Alejandro fuera su padre. Con sólo catorce años de edad, Isabel estaba mal preparada para su nueva posición social. Fue abrumada por el esplendor de la Corte rusa y asustada por las intrigas sexuales que se desarrollaban con total naturalidad. La Gran Duquesa se sintió sola y nostálgica, en particular luego del regreso de su hermana a Badén. Su relación con Alejandro era su única fuente de consuelo. Los primeros años de matrimonio fueron relativamente felices. La muerte de la Emperatriz en 1796, convirtió a su suegro en el Emperador Pablo I de Rusia. Isabel Alexeevna tenía una cara angelical, voz suave y melodiosa, rasgos delicados, ojos azules y pelo rubio rizado. Su figura era elegante, era tímida, dulce, amable, suave y generosa. Encantadora e inteligente, amaba la lectura y las artes. De pocos amigos, le gustaba la simplicidad y la soledad. Amó a su marido y lo animó en muchas crisis personales y políticas, pero Alejandro la descuidó y la mayor parte de su matrimonio, ellos vivirían en armonía, pero sin romance, teniendo ambos amores fuera de su matrimonio en un acuerdo tácito. La Gran Princesa mantuvo un romance con el mejor amigo de Alejandro, el Príncipe polaco Adán Czartoryski. Ella no era popular en la Corte, ni tenía el afecto de la familia de su marido. Las excentricidades del Zar Pablo condujeron a un complot para derrocarlo y colocar a Alejandro en el trono ruso. Una vez que Alejandro se hizo Emperador, su esposa participó en la vida social de la Corte y de los deberes de representación, pero su suegra, María Feodorovna, continuó siendo la primera Dama del Imperio. En 1803 su marido inició un romance que duraría más de quince años con la Princesa polaca María Czetwertynska. Isabel por su parte, encontró consuelo con Adán Czartorysky, que había regresado a Rusia. Esto se terminó cuando comenzó un romance con Alexei Okhotnikov. Aunque Isabel aún no tenía 30 años, con la muerte de su segunda hija, la pareja decidió no tener más hijos. Al cumplir los cuarenta, la Emperatriz dejó todo tipo de romance. Su marido también experimentó una transformación personal que condujo a la pareja a estar cerca una vez más. La reconciliación causó una sorpresa general en la Corte Imperial. Hacia 1825, la salud de Isabel Alexeevna se volvió frágil, sufría de problemas pulmonares y de los nervios. Los doctores le recomendaron descansar en un clima templado y sugirieron la ciudad sureña de Taganrog, en el mar de Azov. Sin un cómodo Palacio, la pareja imperial se estableció en una modesta casa costera. El 17 de noviembre de 1825 Alejandro regresó a Tangarog de Crimea enfermo de tifus, muriendo en los brazos de su esposa en diciembre de ese año. La Emperatriz regresó a San Petersburgo al año siguiente, pero murió durante el viaje de un paro cardíaco, el 16 de mayo de 1826. Fue sepultada en la Catedral de la Fortaleza de Pedro y Pablo, en San Petersburgo, Rusia.