Fernando de Avis. Nació el 29 de septiembre de 1402 en Santarem, Portugal. Hijo del Rey Juan I de Portugal y de Felipa de Lancaster. Fernando se interesó por las cuestiones religiosas desde joven. Se convirtió en Señor de Salvaterra de Magos y Atougouia en 1429. Tras la muerte de su padre en 1433 y la muerte del administrador João Rodrigues de Sequeira, Fernando fue nombrado por su hermano, el Rey Eduardo I de Portugal, maestro y administrador de la Orden de Avis. Le fue ofrecido el cargo de cardenal por el Papa Eugenio IV. Sin embargo, Fernando no estaba satisfecho con sus escasos dominios y, en 1436, pidió a su hermano el Rey permiso para ir al extranjero en busca de fortuna al servicio de un Rey extranjero. En agosto de 1437, la fuerza expedicionaria portuguesa, bajo el liderazgo de Enrique El Navegante, hermano de Fernando, se dispuso a tomar Tánger. La campaña resultó ser un desastre. Para preservar su ejército de la destrucción, Enrique firmó un tratado con el gobernador marroquí, acordando devolver Ceuta, capturada por los portugueses en 1415, a cambio de retirar a su ejército sin ser molestados. Enrique entregó a su hermano Fernando a los marroquíes como rehén hasta el cumplimiento del tratado. Fernando fue puesto bajo arresto domiciliario por primera vez en Asilah, y más tarde fue trasladado a Fez. Sus hermanos, Eduardo I de Portugal, Pedro y Juan, suplicaron a las Cortes portuguesas ratificar el tratado y entregar Ceuta a Marruecos. Pero las Cortes la rechazaron. Según la leyenda, el propio Fernando comunicó que no quería ser liberado a cambio de la preciosa ciudad, y que deseaba permanecer en cautiverio. Pero según cartas que sobrevivieron demuestran que Fernando no buscaba ser un mártir, y esperaba que el tratado fue ratificado y en consecuencia liberado. El terrible destino del joven Fernando, se dice que contribuyó que el Rey Eduardo cayera en una profunda depresión y a su prematura muerte en 1438. Una vez que quedó claro que los portugueses no tenía intención de rescatarlo, y luego de un intento descabellado de escapar, Fernando fue sometido a pruebas y humillaciones por sus carceleros marroquíes. Haciendo caso omiso de las Cortes, el nuevo Regente, Pedro de Coimbra, decidió cumplir el tratado e intercambiar Ceuta por su hermano preso. En abril de 1440, una flotilla bajo el mando de Don Fernando de Castro fue enviada a Ceuta, con instrucciones de evacuar la guarnición portuguesa y entregar la ciudad a los meriníes. Sin embargo, las negociaciones con el hombre fuerte de Zakariya Yahya Abu al-Wattasi en Fez fueron negativas. Al final, el acuerdo fracasó y el intercambio no se realizó. Fernando murió en cautiverio en Fez, el 05 de junio de 1443, a los 40 años de edad. Sus restos fueron trasladados al Monasterio de Batalha en el año 1471. El sacrificio de Fernando en nombre de los intereses nacionales le dio el apodo de el Príncipe Santo y pronto fomentó su culto. Fernando fue beatificado en 1470.
sábado, 4 de febrero de 2012
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