jueves, 17 de junio de 2010

LUIS III DE BAVIERA.


Luis de Wittelsbach. Nació el 07 de enero de 1845 en Munich, Alemania. Hijo Mayor del Príncipe Leopoldo de Baviera y de la Archiduquesa Augusta de Austria-Toscana. Sus primeros años de vida la pasó en los palacios de la Residenz y en el Wittelsbacher. Cuando tenía 10 años, la familia se trasladó al Palacio de Leuchtenberg. En 1861 a la edad de 16 años, Luis comenzó su carrera militar cuando su tío, el Rey Maximiliano II de Baviera, lo nombró Teniente en el sexto Jägerbattalion. Un año más tarde ingresó en la Universidad Luis Maximiliano de Munich, donde estudió derecho y economía. A los 18 años de edad, se convirtió automáticamente en miembro del Senado de la Legislatura de Baviera como todo Príncipe de la Casa Real. En 1866, Baviera se alió con el Imperio de Austria en la Guerra Austro-Prusiana. Luis fue herido por una bala en el muslo en la Batalla de Helmstedt. Recibió la Cruz de Caballero al Mérito Militar de Baviera. En junio de 1867, Luis visitó Viena, Austria, para asistir al funeral de su prima, la Archiduquesa Matilde de Austria. Allí conoció a otra de sus primas, la Archiduquesa María Teresa de Austria-Este. El 20 de febrero de 1868, en la iglesia de San Agustín en Viena, el Príncipe Luis de Baviera se casó con María Teresa, hija del Archiduque Fernando de Austria-Este y de la Archiduquesa Isabel Francisca de Austria. Hasta 1862, el tío de Luis reinó como el Rey Otón I de Grecia. Aunque Otto había sido depuesto, Luis se mantenía en la línea de sucesión al trono griego. Sin embargo para acceder al mismo, Luis debía renunciar a su fe católica romana y convertirse a la fe ortodoxa. Por otro lado el tío de María Teresa, el Duque Francisco V de Módena, era un acérrimo católico y exigió como parte de las condiciones prematrimoniales, que Luis renunciara a sus derechos al trono de Grecia, y así asegurarse de que su descendencia sería educada bajo el catolicismo. Además, la Constitución griega de 1843 prohibía al Soberano griego ser a la vez gobernante de otro país. Por lo tanto, el hermano menor de Luis, Leopoldo se convirtió en el sucesor de Otón. Con su matrimonio, Luis se convirtió en un hombre rico, ya que María Teresa había heredado grandes propiedades de su padre. A pesar de que mantuvo su residencia en el Palacio de Leuchtenberg, en Munich, Luis y María Teresa vivieron la mayor parte del tiempo en Leutstetten, una finca comprada con los ingresos de la fortuna de su esposa. Tuvieron un matrimonio feliz, engendrando 13 hijos: Ruperto, Príncipe Heredero de Baviera; la Princesa Adelgunde de Baviera, casada con el Príncipe Guillermo de Hohenzollern-Sigmaringen; la Princesa María Teresa de Baviera, casada con el Príncipe Fernando de las Dos Sicilias, Duque de Calabria; el Príncipe Carlos Leopoldo de Baviera; el Príncipe Francisco Leopoldo de Baviera, casado con la Princesa Isabel von Croy; la Princesa Matilde de Baviera, casada con el Príncipe Gastón de Sajonia-Coburgo-Gotha; el Príncipe Wolfgang de Baviera; la Princesa María Teresa de Baviera; la Princesa Notburga Carolina de Baviera; la Princesa Wiltrud de Baviera, casada con el Príncipe Guillermo de Urach; la Princesa Helmtrud de Baviera; la Princesa Josefa de Baviera; la Princesa María Josefa de Baviera, casada con el Conde Johann de Lichtenegg-Moos. A la muerte de su tío Francisco en 1875, María Teresa se convirtió en el Heredera jacobina al trono de Inglaterra, la presunta Reina María III. A lo largo de su vida, Luis mostró gran interés por la agricultura. A partir de 1868, fue Presidente de Honor del Comité Central de la Sociedad Agrícola de Baviera. También estaba muy interesado en la tecnología, en particular en la energía hidráulica. Como un Príncipe de la casa real fue miembro del Senado de la Legislatura de Baviera, siendo un gran defensor del derecho al voto directo. El 12 de diciembre de 1912, el padre de Luis, Leopoldo murió. Leopoldo había sido un participante activo en el derrocamiento de su sobrino, el Rey Luis II de Baviera, actuando como Príncipe Regente de otro sobrino, el Rey Otto I de Baviera, quien había sido declarado mentalmente incapaz para gobernar. Luis inmediatamente sucedió a su padre como Príncipe Regente. El 04 de noviembre de 1913, la Asamblea Legislativa enmendó la Constitución de Baviera para incluir una cláusula que especifica que si una regencia por razones de incapacidad durase diez años sin ninguna expectativa de que el Rey fuera a recuperar su capacidad para gobernar, el Regente podría proclamar el fin de la regencia y asumir plenamente la Corona. El 05 de noviembre de 1913, Luis anunció a la Asamblea Legislativa el final de la regencia y depuso a su primo el Rey Otto. La Legislatura lo reconoció como el Rey Luis III de Baviera. El corto reinado de Luis fue conservador e influenciado por la encíclica papal Rerum Novarum. Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914 Luis envió un despacho oficial a Berlín para expresar la solidaridad de Baviera. Una versión popularmente aceptada sostiene que un día o dos luego de la declaración de guerra de Alemania, Luis recibió una petición de un joven austríaco de 25 años, pidiendo permiso para unirse al ejército bávaro. La petición fue concedida inmediatamente, y entonces Adolf Hitler se unió al Ejército de Baviera, donde luchó el resto de la guerra. Acusado de mostrar una lealtad ciega a Prusia, Luis se volvió cada vez más impopular durante la guerra. Cuando la guerra llegó a su fin, la revolución alemana estalló en Baviera. El 07 de noviembre de 1918, Luis huyó del Palacio Residenz de Munich con su familia. Fue el primero de los Monarcas del Imperio alemán en ser depuesto. En 1919, temiendo por su vida, el Rey huyó a Hungría, luego a Liechtenstein y finalmente a Suiza. Regresó a Baviera en abril de 1920, viviendo en el Castillo de Wildenwart / Chiemgau. Allí permaneció hasta septiembre de 1921, cuando realizó un viaje a su castillo Nádasdy en Sárvár en Hungría. Allí murió el 18 de octubre de 1921, a los 76 años de edad. El 05 de noviembre de 1921, el cuerpo de Luis fue devuelto a Munich junto con la de su esposa (que murió en febrero de 1919). Se le dio un funeral de estado y fueron enterrados en la cripta de la Catedral de Munich.

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