Kinshasa, Congo. 28 de junio de 2010. El presidente de la República Democrática del Congo, Joseph Kabila, se entrevistó con el Rey Alberto de II de Bélgica, quien viajó a Kinshasa para asistir a los actos conmemorativos del cincuentenario de la independencia del país. El embajador belga en este país de África central, Dominique Struye, aseguró que Bélgica desea una asociación fuerte y sólida con su antigua colonia. Struye hizo esta declaración tras la entrevista de una hora entre el presidente congoleño, Joseph Kabila, y el Rey Alberto II de Bélgica. Luego de la entrevista, Alberto II y su esposa, la Reina Paola, se trasladaron al Mont Ngaliema, donde permanecerán durante su estancia en el país. Los Reyes belgas visitarán mañana las instalaciones del astillero de la empresa Chanic en el municipio de Ngaliema, el hospital Rey Balduino en Masina y la iglesia Saint Alphonse en Matete. Varios mandatarios africanos acudirán también a la conmemoración del cincuentenario de la RDC que se independizó de Bélgica el 30 de junio de 1960. Sin embargo la visita del Monarca trajo sentimientos encontrados entre la población, ya que la presencia de un Rey de Bélgica trae a la memoria las atrocidades que su antepasado, el Rey Leopoldo II de Bélgica, cometió a la población del país. Debido a la presencia de grandes yacimientos de minerales, en particular los diamantes, se esclavizó a la población local para la extracción de los mismos, aplicándoles severas penas a las personas que robaran diamantes, como por ejemplo cortarles las manos como castigo. Las heridas no han sido cicatrizadas y por ello la población aún tiene fuertes resentimientos hacia la Casa de los Sajonia-Coburgo y Gotha.
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