Isabel de Francia. Nació el 03 de mayo de 1764 en Versalles, Francia. Hija menor de Luis, Delfín de Francia, y de María Josefa de Sajonia. Fue criada por María Luisa de Rohan, Condesa de Marsan e institutriz de los hijos de Francia. Recibió una buena educación. Era una habilidosa jinete, se interesaba por el arte, y varios de sus dibujos se conservan hoy en el museo del Palacio de Versalles. Isabel era profundamente religiosa. Se dedicó a su hermano, el Rey Luis XVI, y se negó a casarse ya que de haberlo hecho debería dejar la corte. En 1777, se sugirió un matrimonio con el Emperador José II del Sacro Imperio, pero ella se negó con el consentimiento de su hermano. Isabel y su hermano Carlos Felipe, Conde d'Artois, fueron los más acérrimos conservadores de la familia real. A diferencia de Artois, que por orden del Rey, salió de Francia el 17 de julio de 1789, tres días después de la toma de la Bastilla, Isabel se negó a emigrar cuando la gravedad de los hechos establecidos por la Revolución Francesa se hicieron evidentes. Luego de la marcha de las mujeres a Versalles el 05 de octubre de 1789, y la transferencia de la familia real al palacio de las Tullerías en París, se quedó con el Rey y su familia, en lugar de con sus tías, Adelaida y Victoria, en el castillo de Bellevue, cerca de París. Fue fiel a la pareja real, y era inflexible en cuanto a la posibilidad de imponer limitaciones a los poderes de la Iglesia y la Monarquía. En febrero de 1791, optó por no emigrar con sus tías Adelaida y Victoria. Sin embargo acompañado de la familia real en su fallido intento de fuga, el 20 de junio de 1791, siendo detenidos en Varennes. Durante el asalto al Palacio de las Tullerías, se mostró a la multitud, que la confundió con la Reina. El 10 de agosto de 1792, cuando los insurgentes atacaron las Tullerías, siguió el Rey y su familia, buscando refugio en la Asamblea Legislativa, donde fue testigo, más tarde ese día, del destronamiento de su hermano. Toda la familia se trasladó a la torre del templo tres días después. Tras la ejecución del Rey el 21 de enero de 1793 y la separación de su sobrino, el joven "Luis XVII" del resto de la familia el 03 de julio, Isabel se quedó con María Antonieta, y María Teresa, Madame Royale, en su departamento en la torre. La Reina fue llevada a la Conciergerie el 02 de agosto de 1793, y ejecutada el 16 de octubre. La última carta de María Antonieta, escrita en las primeras horas del día de su ejecución, fue dirigida a Isabel, pero nunca le llegó. Isabel y María Teresa se mantuvieron en la ignorancia de la muerte de María Antonieta. Isabel no era considerada como peligrosa por Robespierre, y el plan original había sido la de desterrarla de Francia. Ella pasó sus últimos días con María Teresa, cuidando de ella. El 09 de mayo de 1794, sin embargo, ella fue transferida a la Conciergerie y llevada ante el Tribunal Revolucionario. Fue acusada de ayudar al Rey, de enviar fondos a los emigrados y de alentar la resistencia de las tropas reales durante los acontecimientos del 10 de agosto de 1792. Fue condenada a muerte y guillotinada al día siguiente. Tenía treinta años de edad. Fue ejecutada junto con 23 otros hombres y mujeres, que habían sido juzgados y condenados al mismo tiempo que ella. Su cuerpo fue sepultado en una fosa común en el Cementerio Errancis en París. En el momento de la Restauración, su hermano Luis XVIII, busco sus restos, pero los cuerpos estaban tan descompuestos que ya no era posible identificar unos de otros. Un medallón la representa en la Basílica de Saint Denis. En los círculos monárquicos, su vida privada ejemplar suscitó admiración. Isabel fue elogiada tanto por su carácter benéfico, como por su devoción familiar y la fe en la iglesia católica.
lunes, 2 de mayo de 2011
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