Alejandra Feodorovna de Rusia. Nació el 06 de julio de 1872 en Darmstadt, Alemania. Hija del Gran Duque Luis IV de Hesse y de la Princesa Alicia de Inglaterra. A pesar de pertenecer a la Realeza no era una familia que tuviera muchos medios económicos, por esa razón su madre, ocupaba personalmente de sus hijos, con la ayuda de unos cuantos sirvientes. Durante su infancia y parte de su adolescencia viajaba de vacaciones a la casa de su abuela, la Reina Victoria I de Inglaterra. Cuando Alix tenía seis años, murieron una de sus hermanas y su madre a causa de la difteria. Desde entonces su educación estuvo a cargo de la Reina Victoria, que le impartió una severa educación basada en la vida familiar. La Princesa de Hesse era una mujer alta, de rasgos marcados, atractiva y dotada de un carácter fuerte, pero tímida, reservada y abstraída en sí misma. Antes de casarse, había rechazado varias propuestas de matrimonio tales como la de su primo Alberto, Duque de Clarence y la de Maximiliano de Badén, ambas planeadas por su abuela, demostrando su carácter fuerte ante la voluntad de la Reina. A raíz del noviazgo de su hermana Isabel con el Gran Duque Sergio Alexandrovich de Rusia, conoció al Tsarevich Nicolás Alexandrovich, con quien estableció una sólida e intensa relación sentimental que culminó cuando contrajeron matrimonio el 26 de noviembre de 1894 en San Petersburgo, Rusia, el 26 de noviembre de 1894. Para entonces Nicolás ya era Emperador, debido a que Alejandro III había muerto recientemente. Al convertirse a la fe ortodoxa tomó el nombre de Alejandra Feodorovna. Nicolás llamaba a su esposa Sunny, y ambos se profesaban un auténtico y abnegado amor. De dicho matrimonio nacieron cinco hijos: Olga, Tatiana, María, Anastasia y Alexei. La alegría por la llegada del tan ansiado Heredero se vio opacada cuando dos meses después de su nacimiento descubrieron que padecía de hemofilia, una enfermedad que había sido heredada por la Reina Victoria. La pareja no quiso dar a conocer al pueblo la enfermedad del Heredero por lo que lo mantuvieron en secreto. La Emperatriz nunca gozó de la simpatía del pueblo, ni de muchos de los miembros de la Dinastía. Esto se debía a que Alix ocultaba su timidez y mostraba una apariencia fría y soberbia sin serlo en realidad. Si el pueblo hubiera podido conocerla tan cual era, seguramente su opinión hubiera sido muy diferente. Más tarde apareció Rasputín, quien aliviaba al Tsarevich de las hemorragias y por esa razón se le consideraba un hombre casi divino. Alejandra sufría mucho por el padecimiento de su hijo y como era Rasputín quien lo aliviaba, ella permitió que éste se involucrara cada vez más en el gobierno. Al marchar su esposo al frente durante la Primera Guerra Mundial, quedó como Regente de Rusia. Su gestión no fue la adecuada, pues no pudo hacer frente a las gestantes crisis sociales y culturales, los nombramientos ministeriales que realizó resultaron infructuosos, y su condición de alemana la hizo muy impopular, más allá de que ella odiaba al Kaiser Guillermo II, su primo. En 1917 el pueblo se sublevó y provocó que Nicolás abdicara a favor de su hermano Mihail, pero esta solución no duró mucho tiempo ya que más tarde el Emperador y su familia fueron tomados prisioneros por los bolcheviques. Primero fueron alojados en Tsarskoie Selo y luego en Siberia. Fueron confinados en la casa Ipatiev y allí vivieron lo mejor que pudieron. El 17 de julio de 1918 Nicolás, Alejandra y sus cinco hijos fueron trasladados al sótano de la casa Ipatiev donde fueron asesinados por los bolcheviques. Luego de la caída del régimen soviético, en la década del 90, sus restos fueron exhumados y sepultados en la Catedral de la fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo, Rusia. Fue canonizada como mártir por la Iglesia Ortodoxa rusa en 2000.
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1 comentario:
me gusto muy facil de encontrar, muy acsecible y muy bien explicado, gracias
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