Alfonso de Portugal. Nació en 1519 en Lisboa, Portugal. Noble portugués y Conde de Vimioso. Miembro de la alta nobleza portuguesa y pariente cercano de la casa real, fue Señor de las villas de Aguiar, Vimioso y Vimieiro, Alcalde mayor de esta última villa, Comendador y Alcalde mayor de Tomar, de Pias y de otras localidades. Por su boda con Luisa de Gusmão, hija de Francisco de Gusmão, se convirtió en Señor de la capitanía de Machico, fue Capitán del donatario de la capitanía de Machico, en la isla de Madeira. Alfonso era hijo de Francisco de Paula de Portugal y Castro, 1er Conde de Vimioso, y de Juana de Vilhena de Melo-Portugal. Siguió la carrera de las armas, dedicándose también a las bellas artes, con distinción, especialmente en el estudio de la lengua latina. A los 16 años logró la autorización del Rey Juan III el Piadoso para, junto con otros hidalgos, acompañar al Infante Luis. Este partía secretamente para la expedición de Túnez, donde el Emperador Carlos V intentaba tomar por asalto el castillo de Goleta, lo que consiguió, a pesar de la tenaz resistencia. Alfonso estaba destinado por el Monarca a casarse con la hija del Duque Jaime I de Braganza, cuando, en un impulso de pasión, contrajo matrimonio en 1549 con Luisa de Gusmão, dama de la Infanta María, hija y heredera de Francisco de Gusmão, mayordomo mayor de dicha Infanta. El contrato matrimonial causó un sinsabor a Francisco de Paula de Portugal y Castro, por perder la posible alianza con los Duques de Braganza, familia más honrosa e ilustre, que la de su nuera. De dicho matrimonio nacieron cinco hijos: Francisco, Conde de Vimioso; Álvaro; Juan, Obispo de Viseu; Manuel; y Nuno, casado con Juana de Portugal, Señora de Val de Palma. En 1549, muerto el 1er Conde de Vimioso, Alfonso sucedió a su padre como 2do Conde de Vimioso. El Rey lo nombró veedor de la hacienda, cargo vacante por muerte de su padre, cuya sucesión ya le estaba prometida. En 1557, Juan III determinó que su hermana, la Infanta María, viajase a España a encontrarse con su madre, reina de Francia, y nombró al Conde de Vimioso para acompañarla. Estaba todo listo para la partida, sin embargo el fallecimiento del Rey Juan III en junio, canceló el viaje. Sebastián lo sucedió en el trono y Alfonso asistió al auto de su aclamación. Meses después, la Regente Catalina de Austria decidió nombrarlo para acompañar a la Infanta a su viaje para visitar a su madre. El Conde se excusó, alegando no estar en esa ocasión en condiciones de hacer nuevos gastos para tan fastuoso viaje. Pocos meses antes de que se frustrara el primer viaje, Alfonso de vio obligado a empeñar a su casa para poder afrontar los gastos. Enterada de ello, la Reina entregó una indemnización, ofreciéndole diversas mercedes para su hijo, entre ellas las vilas de Vimioso y de Aguiar, de juro y heredad, con las alcaldías mayores de Tomar y Terena, con la cláusula de renunciar al cargo de veedor de la Hacienda, lo que el Conde no acepto. En 1578, cuando el Monarca resolvió su segunda y tan desastrosa jornada en África, fue acompañado por el Conde de Vimioso, y por tres hijos suyos: Francisco de Portugal, sucesor de su casa, Luis de Portugal y Manuel de Portugal. Todos estuvieron presentes en la Batalla de Alcázarquivir, donde Alfonso cayó prisionero, muriendo en una cárcel en Marruecos en 1579.
lunes, 5 de marzo de 2012
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