lunes, 11 de octubre de 2010

ARCHIDUQUE RODOLFO DE AUSTRIA. HEREDERO AL TRONO DEL IMPERIO AUSTRO-HUNGARO.


Rodolfo de Habsburgo-Lorena. Nació el 21 de agosto de 1858 en Schloss Laxenburg, castillo cercano de Viena, Austria. Archiduque de Austria y Príncipe de la Corona de Austria, Hungría y Bohemia. Hijo y Heredero del Emperador Francisco José I de Austria, Hungría y Bohemia y de la Princesa Isabel de Baviera. Bajo la influencia de su maestro Fernando von Hochstetter, Rodolfo se interesó en las ciencias naturales desde muy joven. Luego de su muerte, gran parte de su colección de minerales fue entregada a la Universidad de Agricultura en Viena. El Príncipe Heredero se crió junto a su hermana mayor, la Archiduquesa Gisela, con su abuela paterna, la Archiduquesa Sofía, quien arrebató la crianza de los niños a su propia madre. Rodolfo se separó de su hermana cuando empezó sus estudios para convertirse en el futuro Emperador. Sin embargo esto no cambió la relación entre los hermanos, hasta que finalmente Gisela debió viajar al exterior para casarse con el Príncipe Leopoldo de Baviera. La despedida entre ambos fue muy emotiva. En contraste con su padre, profundamente conservador, el Príncipe Heredero era claramente liberal, pensamiento que compartía con su madre. Sin embargo su relación con ella era tensa y poco afectiva. En la iglesia de los capuchinos en Viena, el 10 de mayo de 1881, Rodolfo se casó con la Princesa Estefanía de Bélgica, hija del Rey Leopoldo II de Bélgica y de la Archiduquesa María Enriqueta de Austria. Rodolfo parecía estar realmente en el amor, pero su madre no veía con buenos ojos a su nuera. Su única hija, la Archiduquesa Isabel, nació el 02 de septiembre de 1883. Al poco tiempo la pareja se distanció y el Archiduque buscó consuelo en la bebida y en otras mujeres. En 1887, Rodolfo compró Mayerling y la transformó en un pabellón de caza. A finales de 1888, el Príncipe Heredero de 30 años de edad, conoció a la Baronesa María Vetsera, bella aristócrata de la nobleza húngara, de 17 años de edad. Desde el primer momento, María cayó enamorada y estaba dispuesta a hacer cualquier cosa por él. Era casi seguro que no era el gran amor de su vida, pero Rodolfo también la quería. El 30 de enero de 1889 en Mayerling, Austria, el Archiduque Rodolfo, Príncipe Heredero de Austria, se suicidó junto a su amante. Su cuerpo fue hallado en su dormitorio del pabellón junto a la pistola que supuestamente había usado para dispararse en la sien y sobre la cama el cuerpo también sin vida de su amante, la joven Baronesa, con un tiro en la cabeza. Todo apuntaba a un suicidio pactado entre ambos, pero nadie podía creer que Rodolfo, con 30 años, se hubiera quitado la vida voluntariamente. Además, los torpes intentos del gobierno austríaco por ocultar los detalles del suceso y la presencia de algunos extraños en el lugar inducían a pensar que podía tratarse de un asesinato. Incluso hubo rumores de que el cadáver del archiduque tenía cortes de sable y que le faltaba una mano que le habían cortado sus asesinos, y que para ocultarlo le habían puesto unos guantes con relleno. De acuerdo con los informes oficiales, la tragedia se produjo a causa de las exigencias del Emperador Francisco José I para que su hijo dejara esa relación informal. Se estableció oficialmente que el Archiduque había sufrido un "desequilibrio mental" a fin de permitir el entierro en la cripta imperial de la Iglesia de los Capuchinos en Viena. Por otro lado el cuerpo de María fue sacado de contrabando de Mayerling en medio de la noche y sepultado en secreto en el cementerio del pueblo en Heiligenkreuz. Luego de la muerte, el Emperador dispuso que Mayerling se convirtiera en un convento de monjas carmelitas de penitencia. Tras la muerte de Rodolfo, el matrimonio de sus padres se derrumbó por completo, su madre pasó gran parte de su tiempo en el extranjero hasta su propio asesinato nueve años más tarde. El siguiente en el orden de sucesión al trono era el Archiduque Carlos Luis de Austria, hermano menor de Francisco José. Carlos Luis renunció a sus derechos sucesorios unos días después de la muerte de su sobrino, por lo que su hijo mayor, el Archiduque Francisco Fernando de Austria se convirtió en el Heredero al Trono. El Asesinato del Archiduque Francisco Fernando condujo directamente a la Primera Guerra mundial. A pesar de las numerosas cartas anunciando el suicidio, análisis forenses posteriores concluyeron que fue una paliza, y no disparos, la causa de la muerte de la Baronesa, de manera que la causa exacta y las circunstancias de la muerte de Rodolfo son algo que siguen siendo un misterio hasta la actualidad. La última Emperatriz de Austria, Zita, dijo antes de morir que Rodolfo había sido víctima de un complot organizado por los servicios secretos franceses, obligados a silenciarle tras arrepentirse el Heredero de haber llegado a un acuerdo con ellos para traicionar a su padre y ocupar su trono con el fin de aislar a Alemania.

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