Princesa Augusta de Sajonia-Weimar-Eisenach, Duquesa de Sajonia. Nació el 30 de septiembre de 1881 en Wiemar, Alemania. Segunda hija del Gran Duque Carlos de Sajonia-Weimar-Eisenach y de la Gran Duquesa María Pavlovna de Rusia, hija del Emperador Pablo I de Rusia. La Princesa recibió una educación adecuada para su posición, en parte porque su madre era una de las mejores y más destacadas mujeres de su época. Augusta sólo tenía 15 años en 1826 cuando se encontró por primera vez con el que sería su futuro marido, el Príncipe Guillermo de Prusia. Sin embargo el Príncipe estaba enamorado de una Princesa polaca llamada Elisa, pero la Corte de Prusia no la veía con el suficiente linaje como para ingresar a la Dinastía. Guillermo se vio forzado a buscar una novia más adecuada, y pidió la mano de Augusta de Sajonia. El Príncipe valoraba los atributos de su futura esposa pero no la amaba, sin embargo, Augusta estaba enamorada de su futuro marido y esperaba un matrimonio feliz. El 11 de junio de 1829 en Berlín, Alemania, el Príncipe Guillermo de Prusia se casó con la Princesa Augusta de Sajonia, 14 años menor que él. De dicho matrimonio nacieron dos hijos: Federico, Heredero al trono, y Luisa. Las primeras semanas de matrimonio fueron armoniosas y Augusta fue aceptada favorablemente en la Corte prusiana. Sin embargo, pronto la Princesa comenzó a aburrirse con la sobriedad militar de la Corte y la mayor parte de los actos oficiales y cortesanos (que tal vez habrían podido distraerla) estaban reservados para su cuñada, la Princesa Isabel de Baviera. Luego del segundo alumbramiento, Augusta sufrió dos abortos y comenzó a tener episodios de depresión, debido a que no se sentía amada ya que su esposo tenía amantes y a que sufría debido a la enorme presión en su posición en la Corte prusiana. Augusta estaba muy interesada en la política y compartía una ideología liberal. El Príncipe Guillermo fue considerado responsable del baño de sangre de la revolución de marzo de 1848 en Berlín, y aconsejado por el Rey, se exilió en Londres y su esposa Augusta se retiró a Potsdam con sus dos hijos. En 1849 Guillermo regresó de su exilio y se estableció con su familia en Coblenza. Allí, Augusta finalmente pudo recuperar la vida cortesana a la que había estado acostumbrada desde su infancia en Weimar. Mientras tanto su hijo Federico estudiaba en la cercana ciudad de Bonn y se convirtió en el primer Príncipe prusiano que recibía una educación académica. La tolerancia de Augusta por el catolicismo en Coblenza (y durante toda su vida) fue objeto de burla en Berlín y se consideraba inapropiada para una Princesa prusiana luterana. En 1858 su hijo Federico se casó con la Princesa Victoria, la hija mayor de la Reina Victoria I de Inglaterra. Augusta catalogó este enlace como un triunfo personal ya que consideraba que su nuera, educada en un país moderno como Inglaterra, convertiría a su hijo Federico en un monarca liberal. En 1858 el Príncipe Guillermo se convirtió en Regente, ya que su hermano Federico Guillermo IV ya no era capaz de gobernar tras haber sufrido varios infartos, por lo que Guillermo y Augusta viajaron a la Corte prusiana en Berlín. Su esposo nombró a Otto von Bismarck como el nuevo Primer Ministro de Prusia. La Reina consideraba a Bismarck su principal oponente en la Corte prusiana, y por su parte, el primer ministro despreciaba a la Reina por su influencia sobre su marido. A Augusta le desagradaba especialmente la agresiva política exterior de Bismarck y su responsabilidad en el estallido de la Guerra Austro-Prusiana. Al mismo tiempo comenzó a distanciarse cada vez más del Rey y Bismarck comenzó a hablar en contra de la Reina en el Parlamento. Augusta comenzó a sufrir nuevos episodios maníaco-depresivos, por lo que comenzó a realizar frecuentes viajes a Baden, en busca de una cura. La Reina también comenzó a distanciarse de su nuera Victoria, que comenzaba a simpatizar con la causa prusiana y la política de Bismarck. El carácter de Augusta era religioso y honorable y creía que Victoria “carecía de religión”, y comenzó a ausentarse de los actos oficiales. Sin embargo, comenzó a interesarse en la educación de sus nietos Carlota, Enrique y Guillermo, al que tenía en gran estima. Augusta, que aborrecía la guerra, fundó la Asociación Nacional de Mujeres en 1864, para cuidar de los soldados heridos y enfermos. Varias fundaciones médicas y hospitales que todavía existen hoy, fueron creados a iniciativa de Augusta como la Sociedad Alemana de Cirugía. La Guerra Austro-Prusiana terminó en 1866, pero cuatro años después, en 1870, estalló la Guerra Franco-Prusiana y Augusta continuó responsabilizando a Bismarck de los horrores del conflicto. Sin embargo, tras la guerra entre ambos países, Guillermo se convirtió en Emperador de Alemania, y en consecuencia, Augusta se convirtió en Emperatriz. Augusta enterró sus diferencias con Bismarck en los últimos años de su reinado, pues parecía el único hombre adecuado para apoyar a su amado nieto Guillermo. Pero a Guillermo le desagradaba Bismarck y poco después de heredar el trono alemán le obligó a dimitir. Augusta había sufrido reumatismo durante muchos años y en junio de 1881 sufrió heridas severas debido a una caída que la obligaron a utilizar muletas y silla de ruedas, pero que no evitaron que siguiera realizando sus tareas. Finalmente hizo las paces con su marido en su cumpleaños de 1887, sin embargo él murió un año después. Sólo 99 días después, su hijo Federico, que había sucedido a su padre como Federico III de Alemania, sucumbió a un cáncer de laringe. De todos modos pudo contemplar cómo su amado nieto Guillermo se convertía en Emperador ese mismo año. Murió el 07 de enero de 1890, a los 78 años de edad. Fue sepultada en el mausoleo de Charlottenburg, junto a su marido.
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