Federico de Orange-Nassau. Nació el 28 de febrero de 1797 en Berlín, Alemania. Hijo del Rey Guillermo I de Holanda y de la Princesa Guillermina de Prusia. Creció en la corte de su abuelo, Federico Guillermo II de Prusia y de su tío Federico Guillermo III de Prusia. A los 16 años de edad, el Príncipe luchó en la batalla de Leipzig. Guillermo entró en los Países Bajos en diciembre de 1813. Como no hablaba holandés, fue enviado a la Universidad de Leiden para obtener una educación superior. También estudió en La Haya. Cuando Napoleón regresó de Elba, durante los Cien Días, el Príncipe recibió el mando de un destacamento del ejército de Wellington. Por medio de un tratado de la Casa Real, el Príncipe heredaría las posesiones alemanas de la familia tras la muerte de su padre. A medida que estas posesiones se fueron perdiendo, las mismas fueron cambiadas por el Gran Ducado de Luxemburgo. En 1816, Federico cedió el reclamo de tierras en los Países Bajos por el título de Príncipe de los Países Bajos. Federico se casó en Berlín el 21 de mayo de 1825 con la Princesa Luisa de Prusia, hija del Rey Federico Guillermo III de Prusia y de la Duquesa Luisa de Mecklemburgo-Strelitz. De dicho matrimonio nacieron cuatro hijos: Guillermina Federica, casada con el Rey Carlos XV de Suecia; Guillermo Federico; Guillermo Federico; y Guillermina Federica, casada con Guillermo, Príncipe de Wied. En 1826 fue nombrado comisario general del departamento de guerra. Bajo esta función reorganizó el ejército copiando el modelo prusiano. Federico fundó la academia militar en Breda y reequipó al ejército con armamento moderno. En 1829, Federico fue candidato al trono griego, pero se negó porque no quería ser Rey de un país cuya lengua y tradiciones fueran ajenos a él. Durante la Revolución belga de 1830, Federico mandó a las tropas enviadas a Bruselas para suprimir la rebelión. Tras la independencia de Bélgica, participó en la campaña de diez días a partir de 1831. Cuando su padre abdicó en 1840, Federico se retiró de la vida pública a sus tierras en Wassenaar, pero tras la muerte de su hermano mayor en 1849, el nuevo Rey Guillermo III de los Países Bajos lo reincorporó a la vida pública y en 1849 lo hizo Inspector General de la el ejército, una función que desempeñó hasta 1868, cuando renunció debido a la falta de apoyo a sus planes de modernización del ejército. El Príncipe Federico murió el 08 de septiembre de 1881 en Wassenaar, Países Bajos, a los 84 años de edad.
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