martes, 1 de septiembre de 2009

PRINCESA CLEMENTINA DE ORLEANS. PRINCESA DE SAJONIA-COBURGO Y GOTHA. DUQUESA DE SAJONIA.


Clementina de Orleáns. Nació el 06 de marzo de 1817 en Neuilly-sur-Seine, Francia, poco después de la Restauración Borbónica. Hija del Rey Luís Felipe I de Francia y de la Princesa María Amalia de Borbón-Dos Sicilias. En 1830, tras la ascensión de su padre al trono de Francia se convirtió en Princesa Real. Como Princesa, Clementina era deseada como novia por el resto de las familias reales de Europa. El Rey Leopoldo II de Bélgica arregló el matrimonio de Clementina con el Príncipe Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha, quien estaba estrechamente vinculado con las casas reales de Portugal, España, Bélgica, Brasil, Inglaterra, México y Austria-Hungría. El 20 de abril de 1843, Clementina se casó con Augusto en el Château de Saint-Cloud, Francia. De dicho matrimonio nacieron cinco hijos: Felipe (casado con la Princesa Luisa de Bélgica, hija de Leopoldo II), Augusto (casado con la Princesa Leopoldina de Brasil, hija de Pedro II), Clotilde (casada con el Archiduque José Carlos, nieto de Leopoldo II del Sacro Imperio), Amalia (casada con el Duque Maximiliano de Baviera) y Fernando (futuro Zar de Bulgaria, casado con la Princesa María de Borbón-Parma, hermana de Roberto I de Borbón-Parma). La Princesa era una mujer de formidable carácter y ambiciosa, dominando a su marido e hijos. Como a ella la casaron con un Príncipe rico pero sin Reino, trató de ubicar a sus hijos en una mejor posición en las Cortes de Europa. Las revoluciones de 1848 en Francia llevaron a la caída del reinado de su padre, obligando a Clementina y a su familia a huir de Francia. Primeramente viajaron a Coburgo, y luego a Viena, donde su marido era un oficial del ejército austro-húngaro. La Princesa fue una de las más acérrimas luchadoras en post de recuperar los bienes familiares que por decreto el Emperador Napoleón III les confiscó. Dándose cuenta de que nunca sería Reina, Clementina volcó todos sus esfuerzos para inculcar a Fernando, su hijo favorito, la idea de que, como descendiente directo de los Reyes Luís Felipe I y Luís XIV de Francia, merecía ser Rey de algún país aunque no fuese de relevancia. Finalmente esa oportunidad se presentó en Bulgaria, Clementina presionó hábilmente a todos los involucrados para que su hijo fuese elegido Príncipe y finalmente lo logró. Se dice que era una de las mujeres más inteligentes de las Cortes europeas de la época y una de las más dadivosas, dedicándose a obras de caridad. Era reconocida por su astucia y sus conocimientos en política europea y diplomacia, siendo muchas veces enviada por su hijo Fernando como su representante en las misiones diplomáticas. Era sumamente rica, volviéndose muy popular en su país adoptivo, al hacer cuantiosas donaciones a Bulgaria, incluyendo una donación de cuatro millones de francos para la realización de una línea de ferrocarril que uniría Bulgaria con el resto de Europa. Conforme fue envejeciendo, la Princesa fue perdiendo la audición, aún así, a sus ochenta años, viajaba a menudo a París para estar actualizada en cuanto a la moda. En 1899, su nuera, la Princesa María Luisa de Borbón-Parma, murió tras dar a luz a su hija Nadeja y ella debió asumir la educación del Príncipe Boris y su hermana. Aunque vio a Fernando ser reconocido internacionalmente como Príncipe de Bulgaria (territorio aún bajo la soberanía nominal del Sultán otomano) murió un año antes de ver cumplido su sueño de ver a su hijo coronado como Rey de una Bulgaria independiente. A principios de febrero de 1907, sufrió un cuadro gripal que si bien pudo superar, quedó muy debilitada. La Princesa Clementina de Francia, Princesa de Sajonia-Coburgo y Gotha y Duquesa de Sajonia, murió en Viena, Austria, el 16 de de febrero de 1907, a la edad de ochenta y nueve. Su cuerpo fue sepultado en Coburgo, con una inscripción en su memoria por orden de Fernando cuando ya había sido nombrado Rey de Bulgaria que decía “hija de un Rey, nunca Reina, sin embargo, madre de un Rey”.

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