miércoles, 29 de febrero de 2012

ENRIQUE I DE PORTUGAL. EL CASTO.

Enrique de Avis. Nació el 31 de enero de 1512 en Lisboa, Portugal. Hijo del Rey Manuel I de Portugal y de María de Aragón. Enrique era el hermano menor del Rey Juan III de Portugal y, como el hijo varón de menor edad, no se esperaba que sucediera en el trono portugués. A temprana edad, tomó las órdenes sagradas para promover los intereses portugueses en la Iglesia Católica, entonces dominada por España. Rápidamente ascendió en la jerarquía de la Iglesia, convirtiéndose en sucesivamente en Arzobispo de Braga, Arzobispo de Évora y Gran Inquisidor antes de recibir el capelo cardenalicio en 1545. Enrique, más que ningún otro, se esforzó por llevar a los jesuitas de Portugal al imperio colonial. Sirvió como Regente de su sobrino-nieto, el Rey Sebastián I, y luego le sucedió como Rey tras la desastrosa batalla de Alcácer Quibir en 1578 en la que Sebastián murió. Enrique renunció a sus oficinas administrativas y trató de formar una familia a fin de poder dar continuidad a la Dinastía de Avis, pero el Papa Gregorio XIII, aliado de los Habsburgo, no lo liberó de sus votos. El cardenal-rey murió sin haber designado un Consejo de Regencia para elegir al sucesor, el 31 de enero de 1580 en Almeirim, Portugal, a los 68 años de edad. Uno de los más cercanos demandantes dinásticos era el Rey Felipe II de España que, en noviembre de 1580, envió al Duque de Alba para reclamar Portugal, por la fuerza. Lisboa, pronto cayó, y Felipe fue elegido Rey de Portugal con la condición de que el Reino y sus territorios de ultramar no se convirtieran en provincias españolas.

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