Juliana de Orange-Nassau. Nació el 30 de abril de 1909 en La Haya, Países Bajos. Hija de la Reina Guillermina I de los Países Bajos y del Duque Enrique de Mecklemburgo-Schwerin. Juliana pasó su infancia en el Palacio de Het Loo en Apeldoorn y, en el palacio Noordeinde y en el Palacio Huis ten Bosch de La Haya. Como la constitución holandesa especificaba que el heredero debía estar listo para suceder en el trono a la edad de dieciocho años, la educación de la Princesa avanzó a un ritmo más rápido que el de la mayoría de los niños. El 30 de abril de 1927, Juliana celebró su décimo octavo cumpleaños. Dos días después, su madre la hizo ingresar en el Consejo de Estado. Ese mismo año, la Princesa se matriculó como estudiante de la Universidad de Leiden. En la década de 1930, la Reina Guillermina comenzó a buscar un marido adecuado para su hija. En ese momento, la Casa de Orange era una de las familias reales más estrictamente religiosa en el mundo, y fue muy difícil encontrar un príncipe protestante que se adecuara a sus normas. Los Príncipes del Reino Unido y Suecia fueron "vetados" por la Reina o la Princesa. En los Juegos Olímpicos de Invierno de 1936, en Baviera, Juliana se reunió con el Príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld, un joven aristócrata alemán, hijo del Príncipe Bernardo de Lippe-Biesterfeld y de Armgard de Sierstorpff-Cramm. La astuta Reina Guillermina no dejó nada al azar. Los abogados del Tribunal de Justicia establecieron un acuerdo prenupcial que especificaba lo que el Príncipe podía y no podía hacer, y la pensión real que recibiría. El compromiso de la pareja se anunció el 08 de septiembre de 1936. El anuncio de la boda dividió a un país que desconfiaba de la Alemania de Hitler. Se casaron en La Haya el 07 de enero de 1937. De dicho matrimonio nacieron cuatro hijas: la Reina Beatriz I; la Princesa Irene; la Princesa Margarita; y la Princesa Cristina. Durante la Segunda Guerra Mundial vivió en el exilio con sus hijos en Ottawa, Canadá. Se convirtió en la Reina de los Países Bajos tras la abdicación de su madre en 1948. El Príncipe Bernardo, que había permanecido en Londres con la Reina Guillermina y los miembros del gobierno en el exilio holandés, visitó a su esposa e hijas en varias ocasiones. El 02 de mayo de 1945 regresó junto a su madre a los Países Bajos. La independencia de Indonesia, fue considerada un desastre económico para los Países Bajos. Tras dicha pérdida, la Reina anunció su intención de abdicar. El 06 de septiembre de 1948, Guillermina abdicó al trono y subió como Reina Juliana I de los Países Bajos. El 27 de diciembre de 1949 en Palacio Dam de Amsterdam, Juliana reconoció la soberanía de Indonesia. La Reina combinaba un estilo de vida simple con una vida de lujo y explendor. Vestía a sus chambelanes con uniformes magníficos, usaba lujosas carrozas y grandes fiestas en palacio. Al mismo tiempo, la reina visitaba a los ciudadanos de los pueblos cercanos y, sin previo aviso, ingresaba a las instituciones sociales y escuelas. En el ámbito internacional, la Reina estaba especialmente interesada en los problemas de los países en desarrollo, los refugiados, y los niños. Surinam se independizó de los Países Bajos en 1975. Su cumpleaños se celebra anualmente como Koninginnedag, Día de la Reina. En la noche del 31 de enero de 1953, los Países Bajos se vio afectada por la tormenta más destructiva en más de 500 años. Dunas y diques fueron arrasados por el mar, y muchos pueblos fueron devastados. En 1963 la Reina Juliana debió afrontar una crisis con la parte protestante de su pueblo, cuando su hija Irene en secreto se convirtió al catolicismo y, sin aprobación del gobierno, el 29 de abril 1964 se casó con el Príncipe Carlos Hugo de Borbón, Duque de Parma, pretendiente al trono español y también líder del partido carlista en España. Un asunto tan grave, hizo pensar a la Reina en su abdicación. Sobrevivió, sin embargo, gracias a la devoción subyacente que había ganado en los últimos años. Otra nueva crisis matrimonial surgió en 1965, tras el anuncio del compromiso de la Princesa Beatriz, Heredera al trono, con un diplomático alemán, Claus von Amsberg, quien fuera miembro de la Wehrmacht nazi y de las Juventudes Hitlerianas. Muchos ciudadanos holandeses enojados manifestaron en las calles y realizaron manifestaciones y marchas en su contra. Luego de que intentara anular el matrimonio, la Reina Juliana aceptó el enlace, el cual se llevó a cabo bajo una tormenta continua de protestas. Un evento en abril de 1967 trajo un aire revitalizador a la familia real, cuando nació el primer heredero varón al trono holandés en 116 años, el Príncipe Guillemro Alejandro, primogénito de la Princesa Beatriz. El escándalo sacudió nuevamente a la familia real en 1976, cuando se reveló que el Príncipe Bernardo había aceptado un soborno de 1,1 millones de dólares del fabricante de aviones norteamericano Lockheed Corporation, para influir en la compra de aviones de combate ante el gobierno holandés. El Príncipe renunció a todos su altos cargos oficiales. A cambio, los Estados Generales aceptaron no realizar acciones penales. El 30 de abril de 1980, el día de su cumpleaños número 71, la Reina Juliana abdicó y su hija mayor le sucedió como la Reina Beatriz I de los Países Bajos. Juliana se mantuvo activa en numerosas causas caritativas hasta bien entrado los ochenta años. Desde mediados de la década de 1990, la salud de Juliana se deterioró y sufría de períodos de senilidad. El Príncipe Bernardo admitió públicamente en una entrevista televisiva en 2001 que ya no era capaz de reconocer a su familia. La Reina Juliana murió mientras dormía el 20 de marzo de 2004, varias semanas antes de su cumpleaños número 95, en el Palacio Soestdijk en Baarn por complicaciones de neumonía, exactamente 70 años después de su abuela Emma. Fue sepultada en Nieuwe Kerk de Delft. Esposo de Juliana, el Príncipe Bernardo, murió apenas ocho meses después, el 01 de diciembre de 2004, a los 93 años. A su muerte, a la edad de 94 años, fue el ex monarca más longevo del mundo.
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