Tatiana Nicolaevna Romanova. Nació el 29 de mayo de 1897 en Petrodvorets, San Petersburgo, Rusia. Segunda hija de Nicolás II de Rusia y de la Princesa Alix de Hesse. La Gran Princesa era una joven alta, delgada, con cabellos castaños oscuros y ojos azules. Tenía un porte refinado y elegante propio de la hija de un Emperador, y era la más parecida físicamente a su padre. Como el resto de los niños de la familia, Tatiana fue criada con austeridad. Dormía en cama plegable sin almohada, tomaba baños fríos por la mañana y ocupaba su tiempo bordando o haciendo otras manualidades que luego regalaba para los cumpleaños o vendía en bazares de caridad. Al igual que sus dos hermanas más jóvenes, Tatiana y Olga compartieron dormitorio y actividades. Tatiana era una joven práctica y tenía un talento natural para dirigir. Era la más cercana a su madre que cualquiera de sus hermanas y fue considerada por muchos como la hija favorita de la Emperatriz. La Gran Princesa era reservada y paciente, pero menos abierta y espontánea que Olga, la cuál también era más talentosa, aunque Tatiana era más trabajadora y dedicada que su hermana mayor. Al igual que el resto de su familia, ella adoraba al Tsarevich Alexei. Tatiana, como su madre, era profundamente religiosa, leía su Biblia con frecuencia y estudió teología. Como hija del Emperador pertenecía al Regimiento de Húsares Vosnesensky y portaba el cargo de Coronel Honorario. Junto con su hermana Olga salía e inspeccionaba a los soldados con regularidad, tarea que disfrutaba enormemente. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, Tatiana, Olga y su madre, se convirtieron en enfermeras de la Cruz Roja. Su tarea en el hospital militar consistía en asistir a los soldados heridos durante la guerra. Como era la más conocida y sociable de las Grandes Princesas, Tatiana encabezó el comité de la Cruz Roja y realizó muchas apariciones públicas. Siempre añoró tener más amigos de su propia edad pero su vida social fue restringida por la repugnancia que su madre sentía hacia la sociedad rusa de clase alta, la cual consideraba depravada y decadente. La familia al completo fue detenida durante la Revolución rusa de 1917 y encarcelada primero en Tsarskoye Selo y más tarde en Tobolsk y Ekaterimburgo, Siberia. El drástico cambio de la situación de la familia y la incertidumbre del cautiverio afectó a Tatiana así como al resto de su familia, pero ella fue de las mujeres, la que mejor sobrellevó el cautiverio. La Gran Princesa Tatiana Nicolaevna tenía veintiún años cuando fue asesinada junto con su familia el 17 de julio de 1918 en el sótano de la Casa Ipatiev en Ekaterimburgo. Los cuerpos fueron enterrados en los bosques a las afueras de la ciudad. En 1979 sus restos fueron hallados, en 1991 exhumados y en 1998 sepultados en la Catedral de la Fortaleza de Pedro y Pablo en San Petersburgo, Rusia. En 2000 la familia imperial de Rusia fue canonizada por la Iglesia Ortodoxa Rusa, como mártires del comunismo.
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