Pedro de Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg. Nació el 03 de diciembre de 1908 en París, Francia. Hijo del Príncipe Jorge de Grecia y Dinamarca, y de la Princesa María Bonaparte. Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de París. Estudió Etnología en Berlín y Londres. En pleno proceso psicoanalítico viajó a la India y al Tíbet. En 1939, en Madrás y contra la opinión paterna, se casó con Irina Alexandrovna Ovtchinnikova, ocho años mayor que él. Irina, rusa blanca e hija del joyero de la Corte de los Romanov, había huido de San Petersburgo en 1918 junto a su marido, el Marqués Jean de Mauléon, del que se divorció poco después. El matrimonio escandalizó a la familia real griega, sobre todo al padre del novio, quien rompió todo tipo de contacto con su hijo. El príncipe Pedro luchó en la Segunda Guerra Mundial a las órdenes del ejército británico. Las relaciones de Pedro de Grecia con su familia siempre fueron complicadas, especialmente con Federica de Hannover, Reina de Grecia. Tras la muerte del Rey Pablo I de Grecia, y la subida al trono heleno de Constantino II de Grecia, el Príncipe Pedro no aceptó que la Princesa Irene de Grecia, hermana menor del nuevo Rey, se convirtiera en la Princesa Heredera por considerarse él con más derechos al ser varón. También manifestó su rechazo a que dos años más tarde, tras el nacimiento de la primogénita del Rey Constantino II y de la Princesa Ana María de Dinamarca, Reina de Grecia, fuese la Princesa Alexia de Grecia nombrada Princesa Heredera. En los primeros años del reinado de Constantino II, el Príncipe Pedro se dedicó a publicar artículos y a dar conferencias contra la Reina Federica, madre del Rey. Al parecer el origen del resentimiento hacia Federica de Grecia radicaba en una frustrada relación sentimental entre ambos durante su juventud. El Príncipe Pedro de Grecia y Dinamarca murió el 15 de octubre de 1980 en Londres, Inglaterra, como consecuencia de un derrame cerebral, a los 71 años de edad. Durante los funerales del príncipe Pedro celebrados en Londres, su viuda sufrió la total indiferencia de la familia real griega asistente a la ceremonia. El gobierno griego le negó la posibilidad de ser enterrado en el cementerio real de Tatoi y la casa real danesa, a la que también pertenecía el difunto, era reticente a aceptar su entierro en suelo danés por las ideas tan extremistas de Pedro. Su esposa, Irina, fallecería en París diez años más tarde. Ambos están sepultados en la finca danesa de Gentofte, propiedad de los herederos del Príncipe Valdemar de Dinamarca. Pedro e Irina no tuvieron descendencia.
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