Cristian de Oldenburg. Nació el 12 de abril de 1577 en el Castillo de Frederiksborg, Dinamarca. Hijo del Rey Federico II de Dinamarca y Noruega, y de Sofía de Mecklenburg-Schwerin. Subió al trono a la edad de 11 años, tras la muerte de su padre el 04 de abril de 1588. Recibió una buena educación, siendo un estudiante testarudo y talentoso. A la edad de 18 años, tomó posesión del trono, el 17 de agosto de 1596. El 30 de noviembre de 1597, se casó con Ana Catalina de Brandeburgo, hija de Joaquín Federico, Margrave de Brandenburgo y Duque de Prusia, y de Catalina de Brandenburgo-Küstrin. La Reina murió catorce años más tarde. De dicho matrimonio nacieron siete hijos: Federico; hijo nacido muerto; Cristian; Sofía; Isabel; Federico III; y Urlik, Príncipe-Obispado de Schwerin. Cuatro años después de enviudar, el Rey se casó con una dama de la corte, Krirsten Munk, el 31 de diciembre de 1615. Una unión que iba a resultar desastrosa para Dinamarca. De dicho matrimonio nacieron doce hijos: hijo nacido muerto; hijo nacido muerto; Condesa Ana de Schleswig-Holstein; Condesa Sofía Isabel de Schleswig-Holstein; Condesa Leonora de Schleswig-Holstein, casada con Ulfeldt Corfitz; el Conde Valdemar de Schleswig-Holstein; Condesa Isabel Augusta de Schleswig-Holstein; Conde Federico Cristian de Schleswig-Holstein; Condesa Cristiana de Schleswig-Holstein, casada con Sehested Hannibal; Condesa Hedwig de Schleswig-Holstein; Condesa María Catalina de Schleswig-Holstein; y Condesa Dorotea Isabel de Schleswig-Holstein, quien se cree que el amante de la Reina, Kirsten Madsdatter, era su verdadero padre. En 1628 se descubrió que su esposa, Kirsten Munk, estaba teniendo una relación extramatrimonial con uno de los oficiales alemanes. En enero de 1630, la ruptura se volvió inevitable, y Kirsten se retiró a sus posesiones en Jutlandia. Mientras tanto Cristian reconoció abiertamente a su propia amante, Vibeke Kruse, la cual le dio dos hijos: Ulrik Cristian Gyldenlove, e Isabel Sofía, casada con el General Klaus Ahlefeld. Estos, se convirtieron en los enemigos naturales de los hijos de Kirsten Munk. El odio entre ambas familias tuvo efecto en la historia de Dinamarca. Como Rey de Dinamarca, Cristian reforzó la armada danesa y creo nuevas fortalezas. Hasta la década de 1620, la economía de Dinamarca estaba en auge debido a la situación favorable por la que atravesadas todas las potencias. El Rey aprovechó dicho contexto para expandir el comercio exterior de Dinamarca. Fundó una serie de ciudades comerciales, y apoyó la construcción de fábricas. También construyó un gran número de edificios de estilo renacentista holandés. En 1611, por primera vez su ejército recientemente organizado entró en acción, al iniciarse una guerra con Suecia por la supremacía del mar Báltico. Cristian obligado al Rey Gustavo Adolfo de Suecia a ceder en todos los puntos esenciales del Tratado de paz del 20 de enero de 1613. Sin embargo, las ganancias no fueron muy importantes. Posteriormente intervino en la guerra de los Treinta Años en Alemania. Aquí, sus objetivos fueron dos: obtener el control de los grandes ríos alemanes Elba y Weser, para asegurar el dominio de los mares del norte, y en segundo lugar, para adquirir la Arquidiócesis secularizada alemana de Bremen y el Príncipado-obispado de Verden para sus hijos menores. El 27 de agosto de 1626 fue derrotado por las fuerzas conjuntas del Emperador del Sacro Imperio Romano y de la Liga Católica. El Rey nunca recibió el apoyo prometido por los Países Bajos e Inglaterra. El 28 de febrero de 1648 en el castillo de Rosenborg, Dinamarca, el Rey Cristian IV de Dinamarca, murió, a los 70 años de edad. Su cuerpo fue sepultado en la catedral de Roskilde. Fue uno de los pocos Reyes daneses de la Casa de Oldenburg que dejó un legado duradero de popularidad con el pueblo danés. Cristian IV fue un buen lingüista, hablaba, además de su lengua materna, alemán, latín, francés e italiano. Naturalmente alegre y hospitalario, se deleitaba con la vida social, pero era también apasionado, irritable y sensual. Él tuvo coraje, un agudo sentido de deber, y un amor infatigable de trabajo. Con un reinado de más de 59 años, es el Monarca que más tiempo reinó de Dinamarca, y es frecuentemente recordado como uno de los más populares.
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