Dinastía de los Hohenzollern. 27 de agosto de 2011 Potsdam, Alemania. Representantes de varias casas reales europeas han asistido al enlace entre el Príncipe Jorge Federico de Prusia, Jefe de la Dinastía de los Hohenzollern, y la Princesa Sofía de Isenburg. Considerados como los 'Guillermo y Kate' alemanes, Jorge Federico de Prusia, de 36 años, y Sofía de Isenburg, de 33, se han dado hoy el “sí quiero” en una ceremonia a la que han asistido unos 700 invitados, entre los que se encontraban muchos representantes de las casas reales europeas, y miles de curiosos que no han querido perderse la boda de este “soltero de oro”, tataranieto del último Emperador de Alemania, Guillermo II. La ceremonia se ha celebrado en la iglesia neorrománica de la Paz de Potsdam, junto a Berlín, y ha sido oficiada por el Pastor evangélico Michael Wohlrab y por el Abad Gregor Graf Henckel von Donnersmarck, ya que los contrayentes profesan dos religiones diferentes: él es luterano y ella, católica. La pareja, que se conoce desde la infancia, ha elegido un lugar de tradición familiar junto al palacio de Sanssouci, residencia de verano de los Monarcas prusianos, en cuyos jardines reposan los restos de su antepasado Federico II el Grande de Prusia y, también, los animales de la familia, como sus perros y caballos. El tatarabuelo del novio, Guillermo II, abdicó en 1918 convirtiéndose en el último Káiser alemán y dando paso a una República. La novia, que llegó en un Rolls Royce acompañada por su padre, el Príncipe Francisco Alejandro de Isenburg, llevó un vestido de corte tradicional elaborado con tul y seda y diseñado por el modisto alemán Wolfgang Joop, que también asistió al enlace, y una tiara con detalles florales que adornaba un recogido bajo del que salía el velo, ambos pertenecientes a la familia de la novia. Él optó por un frac y chistera. El atuendo que debían llevan los invitados era traje corto y sombrero o tocado para las damas. Los anillos que se utilizaron en la ceremonia son los mismos que pertenecieron a los padres del novio y, como regalo, la pareja recibió una rama de olivo y un pergamino con los votos matrimoniales, todo traído de Jerusalén. Tras la ceremonia religiosa, los recién casados recorrieron la distancia que les separaba del edificio donde tuvo lugar la recepción posterior en una carroza descubierta, algo que los miles de curiosos que se agolpaban a las afueras de la iglesia recibieron con mucha alegría. A pesar del alto perfil de boda, dicen los que les conocen que los recién casados tienen los pies en la tierra. Ambos estudiaron negocios en la universidad y ahora trabajan en empresas en Berlín y Rostock, al noreste de Alemania. Además, Jorge Federico es amante de la lengua española y un apasionado de Latinoamérica, ya que durante sus estudios vivió seis meses en Ecuador, y en la actualidad dedica una gran parte de su tiempo a la Fundación Prusiana que creó su abuela, la Princesa Kira Kirillovna de Rusia, hace medio siglo y que se encarga de financiar las vacaciones de niños necesitados en el castillo de los Hohenzollern. La ceremonia civil se llevó a cabo el jueves en Potsdam, en una ceremonia que duró 30 minutos y que fue oficiada por el Alcalde de la ciudad, Jann Jakobs. Pero esta fiesta no es la única que ha tenido lugar con motivo de la boda. Tras la ceremonia civil del pasado jueves, la pareja plantó un árbol como recuerdo y, más tarde, celebró una despedida de solteros de carácter íntimo a la que asistieron parte de los invitados a la boda. Además, el viernes por la noche, los novios invitaron a unas 700 personas a un concierto benéfico para colaborar con la fundación de la Princesa Kira, abuela del Príncipe Jorge Federico. Los espectadores fueron testigos de un viaje musical a través de la historia de 950 años de la casa de los Hohenzollern, con piezas que fueron originalmente escritas para la corte. Entre los representantes de la realeza europea se encontraban presentes, además de los miembros de la casa real de Prusia: la Gran Duquesa María Vladimirovna Romanova, Jefa de la casa imperial de Rusia, y su hijo y Heredero, el Gran Duque Gueorgui Mihailovich Romanov; Carlos de Borbón y Dos Sicilias, y su esposa Camilla Crocian; Jaime Bernardo de Borbón-Parma y su hermana, María Carolina Cristina, hijos de la Princesa Irene de Holanda y del Príncipe Carlos Hugo; Don Duarte, Duque de Braganza, y su esposa; Lord Nicholas Windsor y su esposa; los Príncipes Margarita y Radu de Rumania; el Príncipe Laurent de Bélgica; Leopoldo y Uschi, Duques de Baviera; Jorge, Eilika y Gabriela Habsburgo, de la Casa Imperial de Austria, que vestían de negro en señal de luto por la muerte hace casi dos meses del Archiduque Otto de Habsburgo; María Carolina y Felipe, Duques de Wuerttemberg; la Princesa Isabel y su marido Daniel Terberger; entre otros.
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