Guillermo de Hohenzollern. Nació el 04 de julio de 1906 en la residencia de verano de la familia Hohenzollern, Marmorpalais, cerca de Potsdam, donde sus padres residían hasta que su propia casa, el castillo de Cecilienhof, fue terminada. Hijo mayor del Príncipe Heredero Guillermo de Alemania y de la Duquesa Cecilia de Mecklemburgo-Schwerin. El emperador Francisco José I de Austria fue uno de sus padrinos. En su décimo cumpleaños en 1916, Guillermo se convirtió en Teniente en el Regimiento de Guardias de primera, y se le dio la Orden del Águila Negra por parte de su abuelo. Dos años más tarde, cuando sólo tenía doce años, la Monarquía alemana fue abolida. Guillermo y su familia permanecieron en Alemania, aunque su abuelo, el ex Emperador, se exilió en los Países Bajos. El ex Príncipe Heredero y su familia permanecieron en Potsdam, donde Guillermo y sus hermanos más jóvenes asistieron a la escuela local. Mientras estudiaba en Bonn, Guillermo se enamoró de una compañera de estudios, Dorothea von Salviati. Su abuelo no estaba de acuerdo con el matrimonio entre un miembro de la baja nobleza con el segundo en la línea de sucesión al trono alemán. En ese momento, Guillermo II todavía creía en la posibilidad de una restauración de los Hohenzollern, y no permitiría que su nieto se uniera en un matrimonio desigual. Sin embargo, Guillermo estaba decidido a casarse con Dorotea, por lo que renunció a sus derechos a la sucesión al trono para él y sus futuros hijos en 1933. Su esposa era hija de Alejandro Hermann von Salviati y de Helena Crasemann. La pareja se casó el 03 de junio de 1933 en Bonn, Alemania. De dicho matrimonio nacieron dos hijas: SAR la Princesa Felicitas de Prusia; y SAR la Princesa Christa Federica de Prusia. En 1940, el matrimonio fue reconocido como dinástico y sus hijas recibieron el título y el tratamiento de Princesas de Prusia. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Guillermo fue uno de varios Príncipes de la antigua Monarquía de Alemania en alistarse en las fuerzas armadas de la Alemania unificada. En mayo de 1940, Guillermo participó en la invasión de Francia. Fue herido durante los combates en Valenciennes y murió en un hospital de campaña en Nivelles, el 26 de mayo de 1940, a los 33 años de edad. Su funeral se celebró en la Iglesia de la Paz, y fue sepultado en el mausoleo de la familia Hohenzollern en el Parque de Sanssouci. El funeral atrajo a más de 50 mil dolientes. Su muerte y la simpatía que la opinión pública alemana demostró hacia un miembro de la casa real molestaron mucho a Hitler, quien comenzó a ver a los Hohenzollern como una amenaza a su poder. Poco después un decreto conocido con el Prinzenerlass, fue emitido por el gobierno, relevando a todo miembro de la Dinastía del ejército alemán. Tras la muerte de su marido, Dorotea llevó una vida tranquila, muriendo en Bag Godesberg, Bonn, el 07 de mayo de 1972.
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