Maximiliano Francisco de Habsburgo-Lorena. Nació el 08 de diciembre de 1756 en el Palacio Imperial Hofburg, Austria. Hijo menor de la Emperatriz María Teresa I de Austria y de Francisco I, Emperador del Sacro Imperio Romano, Duque de Lorena. De pequeño se le preveía un futuro en el ejército, como muchos nobles segundones de la época, pero con dolor debió renunciar a la posibilidad de una carrera militar a causa de una terrible caída de caballo que le causó lesiones permanentes a una pierna. Ante tal eventualidad decide dedicar a dios el resto de su vida. En 1780 sucedió a su tío, el Príncipe Carlos Alejandro de Lorena como Hochmeister (Gran Maestro) de la Orden Teutónica. En 1784 se convirtió en Arzobispo-Elector de Colonia con sólo 28 años de edad, residiendo en el Arzobispado de en Bonn. Tal como su tío Carlos, Maximiliano fue un hombre de profunda cultura; amaba las artes de todo género y sostenía a varios artistas famosos de la época, en especial músicos tales como Mozart, Haydn y Beethoven. También apoyó a filósofos y escritores, algo insólito para un alto miembro de la Iglesia. Los dominios de su Arzobispado fueron invadidos en 1794, por las tropas revolucionarias francesas. Durante las Guerras Napoleónicas, Colonia y Bonn fueron ocupados por el ejército francés en el otoño de 1794. Cuando el ejército francés se aproximó, Maximiliano Francisco dejó Bonn para no volver jamás, siendo sus territorios anexados a Francia por medio del Tratado de Lunéville en 1801. El Arzobispado perdió su independencia para siempre, siendo gobernado en lo sucesivo por Francia, Prusia, y finalmente se convirtió en parte de la Alemania unificada. Acosado por la obesidad y la mala salud, Maximiliano Francisco se instaló en Viena, tras la huída. Allí permaneció hasta su muerte, acaecida en el Palacio Hetzendorf el 27 de junio de 1801 a los 45 años de edad. Fue el último Elector de Colonia, ya que su sucesor, el Archiduque Antonio de Austria, nunca asumió el título. El desmantelamiento de la Corte dictó la reubicación de Beethoven en Viena en forma permanente, y su estipendio se dio por terminado. Beethoven quería dedicar su primera sinfonía a su antiguo padrino musical, pero Maximiliano Francisco murió antes de que lo finalizara.
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