PRINCESA ISABEL DE HESSE.

Isabel de Hesse-Darmstadt. Nació el 11 de marzo de 1895 en Darmstadt, Alemania. Hija del Gran Duque Ernesto Luis de Hesse y del Rin y de la Princesa Victoria Melita de Inglaterra. El matrimonio de sus padres no fue feliz, por lo que sus padres se divorciaron en 1901, acontecimiento que fue in escándalo en las Cortes de Europa. Victoria Melita tenía dieciocho años al momento del nacimiento de Isabel, la amaba, pero no comprendía la excesiva devoción de su marido con la niña. Ernesto hizo edificar un teatro en lo que sólo le estaba permitido ingresar a Isabel y sus amigos, ningún adulto estaba autorizado, por lo que los tutores y enfermeras, debían esperar afuera hasta que los niños decidieran salir. La Princesa era una niña dulce y bonita, con grandes ojos grises azulados y cabellos oscuros. Ella se parecía mucho a su madre, no sólo físicamente sino también en sus modales. Ella fue una de las bisnietas favoritas de la Reina Victoria I de Inglaterra. En sus memorias, escritas más de treinta años después de su muerte, Ernesto describió la sensibilidad y el gran corazón de su hija, “nunca conocí a un niño que tuviera tanta influencia en los adultos. Su personalidad era muy fuerte.” Victoria Melita contrajo nuevas nupcias con otro de sus primos, el Gran Príncipe Kirill Vladimirovich de Rusia. Isabel dividía su año entre Darmstadt con su padre y Coburgo con su madre. Al principio Isabel estaba resentida co su madre, por lo que Victoria hizo todo lo posible para reparar la relación con su hija durante sus visitas. Ernesto tenía dificultades para convencer a Isabel a visitar a su madre. A pesar de su tristeza, en general fue niña dulce y feliz, actuando como mediadora cuando sus primos tenían alguna pelea. El 06 de octubre de 1903, Ernesto fue el anfitrión en Darmstadt de la boda de su sobrina, la Princesa Alicia de Battenberg y el Príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca. Unas semanas más tarde Isabel viajó con su tía, la Emperatriz Alejandra Feodorovna de Rusia y su familia, al coto de caza de la familia imperial en Skierniewice, Polonia. Allí la Princesa realizaba largas caminatas y picnics en el bosque con sus primos. Una mañana, Isabel se despertó con dolor de garganta y en el pecho. El médico de la corte indicó que se debía al exceso de juegos del día anterior. Los doctores no creían que tuviera nada grave, por lo que la familia siguió con la agenda programada. Por la tarde Isabel sintió fuertes dolores, e incluso comenzó a tener dificultades para respirar. Un especialista fue llamado de Varsovia. El especialista le dio inyecciones a base de cafeína y alcanfor para desacelerar el ritmo cardíaco, sin éxito. Su niñera relató: "de repente se sentó en su cama y miró a su alrededor con sus grandes ojos asustados y gritó ¡Me muero! Me estoy muriendo!". "La niña se volvió hacia mí y me pidió ansiosamente que le enviara un telegrama a su mamá". Su niñera le prometió que lo haría. Isabel comenzó a hablar con sus primos, como si estuviera jugando con ellos. Estaba delirando. Los médicos le pidieron a la Emperatriz Alejandra Feodorovna que le avisara a la madre de Isabel. El telegrama fue recibido por Victoria Melita durante la mañana siguiente, cuando Isabel ya había muerto. La autopsia confirmó que había muerto de fiebre tifoidea virulenta, aunque se rumoreó que había comido de un plato envenenado destinado al Zar. El cuerpo de Isabel fue colocado en un ataúd de plata, regalo de Nicolás II, para su viaje de regreso a Darmstadt. Su padre organizó un funeral de blanco, remplazando el color negro por el blanco en los monumentos funerarios, flores, incluso los caballos fueron blancos para la procesión. El pueblo de Hesse salió de a miles para ver el cortejo fúnebre. La Princesa Isabel de Hesse fue sepultada en el Rosenhöhe junto a otros miembros de la familia del Gran Ducado de Hesse. En un último gesto para Isabel y Ernesto, Victoria Melita colocó su insignia de la Orden de Hesse, concedida a ella tras su matrimonio, en el ataúd de su hija. Isabel murió el 06 de noviembre de 1903 en Skierniewice, Polonia.