Alfonso Enrique de Braganza-Sajonia-Coburgo y Gotha. Nació el 31 de julio de 1865 en el Palacio de Ajuda, Lisboa, Portugal. Hijo menor del Rey Luis I de Portugal y de la Princesa María Pía de Italia. Durante su vida, el Príncipe siguió una carrera militar, llegando a ser General del ejército portugués. A finales del siglo XIX desempeñó el cargo de Virrey de la India portuguesa. Tras las amenazas contra la vida de su hermano, el Rey, Alfonso adoptó la costumbre de armarse con un revólver, portándolo noche y día. Don Alfonso era el hombre conocido por su bondad, sencillez y estilo de vida. Por ejemplo, participaba como bombero en el Cuerpo de Bomberos de Ajuda. Vivía en el Palacio de Ajuda con la Reina Madre, María Pía de Saboya, tras la muerte del Rey Luis I de Portugal. El Príncipe era también un amante de las carreras de automóviles, y fue el responsable de las carreras de automóviles en Portugal, donde fue uno de los primeros pilotos. Luego de la proclamación de la Primera República Portuguesa en 1910, Alfonso se exilió en el extranjero, primero en Gibraltar con su sobrino, el Rey depuesto, Manuel II de Portugal, y luego en Italia con la Reina María Pía. Vivió con ella en Turín, y, tras su muerte, se trasladó a Roma, y, por último, a Nápoles. Alfonso Enrique de Braganza se casó, el 23 de noviembre de 1917 en Madrid, España, con la americana Nevada Hayes Stoody. Este fue un acontecimiento político importante, al menos para los realistas portugueses que se aferraban a la esperanza de una restauración de la Casa de los Braganza. A partir de 1917, el depuesto Rey de Portugal, Manuel II, vivía en Inglaterra con su esposa, la Princesa Augusta de Hohenzollern-Sigmaringen. La pareja no tuvo hijos. Los realistas estaban temerosos por la falta de un Heredero legítimo de los Braganza, y su preocupación aumentó tras la noticia del matrimonio de Don Alfonso con una plebeya. En Portugal, el matrimonio morganático no fue reconocido. Cualquier hijo legítimo de Alfonso y Nevada podría convertirse en el legítimo Heredero al trono portugués. Casi tan preocupante era la posibilidad de que ambos, tanto Manuel como Alfonso se vieran imposibilitados de producir un Heredero. En este caso, el pretendiente al trono portugués sería un descendiente del Rey Miguel I de Portugal. La pareja no pudo contraer matrimonio religioso en Italia, donde el Rey Víctor Emmanuel III y el Papa decidieron no reconocer la validez del matrimonio. En la ceremonia civil no estuvieron presentes familiares ni amigos. El Príncipe había tratado de obtener la aprobación del Rey para su matrimonio, pero se encontró con que su sobrino y el resto de la familia real se oponían con vehemencia. Al sentirse abandonado por sus familiares portugueses e italianos, se abandonó a su suerte, enfermando durante sus últimos días. Finalmente, murió solo, en Nápoles, el 21 de febrero de 1920. Sólo un criado portugués permaneció con él hasta el final. En su testamento, Don Alfonso dejó todo su patrimonio a Nevada Stoody Hayes. Tras la muerte de su esposo y del Rey Manuel II, la viuda, exigió al Gobierno portugués reconocer sus derechos a una parte sustancial del patrimonio de la Casa de los Braganza. Su marido la había nombrado su única heredera legal. Como el matrimonio y la herencia, fue objeto de litigio en Lisboa, Nevada fue brevemente detenida poco después de su llegada a Lisboa para reclamar su herencia. Sin embargo, demostró una parte sustancial de su pretensión y se le otorgó el derecho de llevarse muchos objetos de arte y productos onerosos de los palacios reales portugueses. A los 35 años de edad, la ex Duquesa de Oporto viajó a Portugal, desde Italia, con el cuerpo de su difunto marido para ser sepultado en el panteón de los Braganza en el Monasterio de São Vicente de Fora en Lisboa. En lo referente a títulos, Alfonso fue, en primer lugar, Infante de Portugal. A su recibió el título de Duque de Oporto. Se convirtió en Príncipe Real de Portugal tras el asesinato de su hermano y su sobrino. Además había desempeñado el cargo de Virrey de la India portuguesa y Condestable de Portugal. También fue Caballero de la Gran Cruz de la Orden portuguesa de la Inmaculada Concepción de Vila Viçosa, Caballero de la Gran Cruz de la Real Orden Victoriana de Inglaterra y Caballero español de la Orden del Toisón de Oro.
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