Isabel de Hesse-Darmstadt. Nació el 01 de noviembre de 1864 en Darmstadt, Alemania, como Princesa Elisabeth de Hesse y del Rin. Segundo hijo del Gran Duque Luís IV de Hesse y del Rin, y de la Princesa Alicia de Inglaterra. Familiarmente fue conocida como “Ella”. Aunque ella provenía de una de las más antiguas y nobles Casas de Alemania, Isabel y su familia vivían una vida más bien modesta para los estándares reales. Durante la guerra franco-prusiana, la Princesa Alicia a menudo visitó con Isabel a los soldados heridos en los hospitales. En el otoño de 1878, la difteria se extendió por la Casa de Hesse, matando a la hermana menor de Isabel, María, y a su madre. Al momento del brote, Isabel estaba en casa de su abuela paterna por lo que fue el único miembro en no contraer la enfermedad. Encantadora y con una personalidad muy complaciente, fue considerada por muchos historiadores y contemporáneos como una de las mujeres más bellas de Europa de la época. Entre sus pretendientes estaban el Emperador Guillermo II de Alemania y el Gran Duque Federico de Badén. Sin embargo fue un Gran Duque de Rusia quien finalmente se ganó el corazón de Isabel. La tía abuela de Ella, la Emperatriz María Alexandrovna de Rusia, era una visitante frecuente en Hesse. Durante estas visitas, por lo general la acompañaban sus hijos más jóvenes, Sergio y Pablo. Sergio era un joven muy serio y profundamente religioso, y quedó profundamente atraído por la Princesa. Cuando Sergio le propuso matrimonio, la Princesa aceptó inmediatamente, muy a pesar del disgusto de su abuela, la Reina Victoria de Inglaterra, que aún tenía esperanza de un matrimonio con el Duque de Badén. Sergio e Isabel se casaron el 15 de junio de 1884, en San Petersburgo, Rusia. Ella se convirtió en la Gran Duquesa Isabel Feodorovna de Rusia. La nueva Gran Duquesa hizo una buena primera impresión en la familia de su marido y en el pueblo ruso. La pareja se estableció en el Palacio Beloselsky, en San Petersburgo. Luego de que Sergio fuese nombrado Gobernador General de Moscú en 1892, se trasladaron a uno de los palacios del Kremlin. De dicho matrimonio no nacieron hijos, sin embargo años después se convirtieron en padres adoptivos de los sobrinos de Sergio, los Grandes Duques Dimitri Pavlovich y María Pavlovna. Aunque Isabel no estaba legalmente obligada a convertirse a la fe ortodoxa rusa, eligió voluntariamente hacerlo en 1891. El 18 de febrero de 1905, el Gran Duque Sergio fue asesinado en el Kremlin por el Socialista Revolucionario, Iván Kalyayev. El suceso golpeó fuertemente a su esposa, aunque nunca perdió su serenidad. Isabel visitó personalmente a Kalyayev en la cárcel, pidiéndole que recapacitara sobre la gravedad de su conducta y que se arrepintiera. Si bien le pidió al Emperador Nicolás II que perdonara la vida del asesino, éste fue ahorcado el 23 de mayo de 1905. Tras enviudar, la Gran Duquesa vistió de luto y se convirtió en vegetariana. En 1909, vendió todas sus joyas y bienes de lujo para fundar el convento de Santa María y Santa Marta, convirtiéndose en su Abadesa. Pronto se abrió un hospital, una capilla, una farmacia y un orfanato en sus terrenos. Isabel y las monjas trabajaron sin descanso ayudando a los pobres y enfermos de Moscú. Aunque la Iglesia Ortodoxa Rusa rechazó la idea de un diaconado femenino, apoyó sus acciones y obras. En 1918, Lenin ordenó la detención de la Gran Duquesa Isabel. Estuvo recluida en Ekaterimburgo y posteriormente la reunieron junto al Gran Duque Sergio Mihailovich, los Príncipes Ioann Konstantinovich, Konstantin Konstantinovich, Igor Konstantinovich y Vladimir Pavlovich Paley. También se hallaban Fiódor Remez y Varvara Yakovleva, una hermana del convento de la Gran Duquesa. Todos ellos fueron conducidos a Alapaevsk el 20 de mayo de 1918, donde los alojaron en una escuela a las afueras de la ciudad. En la madrugada del 18 de julio, los prisioneros fueron llevados en camión con dirección a la aldea de Siniachikha. A 18 kilómetros de Alapaevsk se hallaba una mina de hierro abandonada con un pozo de veinte metros de profundidad. En ese lugar se detuvo la carabana. Golpearon a las víctimas y luego fueron arrojadas vivas al pozo. Posteriormente les arrojaron granadas que sólo dieron muerte a Fiodor Remez. Según el relato de uno de los asesinos, Isabel y otros sobrevivieron a la caída inicial, y luego de estallar la granada, se escucharon sus voces entonando el himno de Rusia desde el fondo del pozo. Nerviosos, arrojaron una segunda granada, pero las voces no se callaron. Por último cubrieron la entrada del pozo con maleza y le prendieron fuego. Poco tiempo después, Alapaevsk cayó en manos del Ejército Blanco. El 8 de octubre de 1918, los blancos descubrieron los restos de Isabel y sus compañeros aún en el pozo. Isabel murió a causa de las heridas sufridas por la caída, sin embargo tuvo fuerzas suficientes para vendar la cabeza del Príncipe Ioann. Sus restos fueron removidos y llevados a Jerusalén, Israel, siendo depositados en la Iglesia de María Magdalena. La Gran Duquesa Isabel fue canonizada por la Iglesia Ortodoxa Rusa en el exilio en 1981, y por la Iglesia Ortodoxa Rusa en Rusia en 1992. El 09 de septiembre de 2009 sus restos fueron trasladados a Moscú, Rusia, donde ahora descansan en el convento que fundó en 1909, conmemorando la celebración de los 100 años desde su creación.
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