Enrique Tudor. Mark McCarthy, profesor de diabetes de la Universidad de Oxford, citado por el diario "The Times", opina que aquel Rey que tuvo seis esposas, entre ellas la Infanta española Catalina de Aragón, "superó con mucho el umbral de la obesidad". El Rey Enrique VIII de Inglaterra, cuyo 500 aniversario de su coronación se celebra este año, se convirtió con los años en un "monstruo" de obesidad, según se deduce de las armaduras fabricadas especialmente para el Monarca. Más directo es Peter Armstrong, que está al frente de la Armería Real, y que califica al Monarca que rompió con Roma tras repudiar a Catalina y se convirtió en cabeza de la Iglesia de Inglaterra, de "absoluto monstruo". Si de joven, juzgando por las armaduras, tenía un físico atlético (cintura de 81 centímetros y pecho de 99) en sus años finales medía 132 y 135 centímetros, respectivamente. El medio milenio transcurrido desde su coronación se celebrará a lo largo de este año con varias exposiciones: así, la Biblioteca Británica y la Royal Collection, del castillo de Windsor, presentarán varios retratos espectaculares. La antigua residencia real de Hampton Court dedicará una exposición al joven Enrique VIII mientras que la Armería Real reunirá las armaduras que se conservan en la Torre de Londres, en Leeds y en el Museo Metropolitano de Nueva York, entre otras. "Las armaduras indican sin lugar a dudas de que con sus 1,83 de altura era enorme (para la época), pero al mismo tiempo conservó su vigor físico hasta el final de su vida", explica Graeme Rimer, director académico de la Armería Real. Pese a su obesidad, producto de la gula y de algún trastorno del metabolismo, no es cierto que tuvieran que subirle al caballo con una grúa, como afirman algunos. "No hay pruebas de que su peso le incapacitase para cabalgar: las armaduras indican que siguió haciéndolo hasta el final de su vida".
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